sábado, 30 de mayo de 2009

En el agua de la font clara

como cada primavera invitamos a la parroquia al disfrute de la vida y sus placeres. En las ocasiones anteriores hicimos referencia al tópico horaciano del carpe díem aplicado a la canción francesa con «Le temps des cerises» y «Le temps des lilas». En esta ocasión acudiremos a Georges Brassens, a quien ya conocimos con ocasión de un día mundial del traje de gorila, y al tópico del locus amœnus. La fuente, por otra parte, tiene una gran tradición como lugar de encuentro amoroso, en parte porque ir a buscar agua era una de las pocas ocasiones que tenían las jóvenes de salir de casa. La escena en que una doncella se baña desnuda y un observador aprovecha el eventual robo de sus ropas para realizar un acercamiento erótico es otro motivo que encontramos en cuentos de la tradición oral desde Europa hasta China:


Dans l'eau de la claire fontaine
Elle se baignait toute nue
Une saute de vent soudaine
Jeta ses habits dans les nues

En détresse, elle me fit signe
Pour la vêtir, d'aller chercher
Des monceaux de feuilles de vigne
Fleurs de lis ou fleurs d'oranger

Avec des pétales de roses
Un bout de corsage lui fis
La belle n'était pas bien grosse
Une seule rose a suffi

Avec le pampre de la vigne
Un bout de cotillon lui fis
Mais la belle était si petite
Qu'une seule feuille a suffi

Elle me tendit ses bras, ses lèvres
Comme pour me remercier
Je les pris avec tant de fièvre
Qu'ell' fut toute déshabillée

Le jeu dut plaire à l'ingénue
Car, à la fontaine souvent
Ell' s'alla baigner toute nue
En priant Dieu qu'il fit du vent
Qu'il fit du vent...


En el agua de la fuente clara
se bañaba desnuda
un repentino salto de viento
lanzó sus vestidos al yermo

Desesperada, me hizo señas
de que fuera a buscar, para vestirla
haces de hojas de viña
flores de lis o de azahar

Con pétalos de rosas
le hice un pequeño corpiño
La bella no era muy gorda
una sola rosa ha bastado

Con un pámpano de la viña
un pequeño brial le hice
pero la bella era tan pequeñita
que una sola hoja ha bastado

Me tendió sus brazos, su labios
como para darme las gracias
los tomé con tanta fiebre
que se desvistió

El juego debió gustar a la ingenua
porque a menudo a la fuente
iba a bañarse desnuda
pidiendo a Dios que haga viento
que haga viento...


Les deseo mucha felicidad esta primavera, con una mención especial a las bellas pequeñitas y a las mujeres (y los hombres) capaces de entregarse con sinceridad e ingenuidad y a los que han tenido la suerte de cruzarlas o cruzarlos en el camino, así como a los que no están en ninguno de estos casos, a ver si les toca.

La foto es de Anca Cernoschi y está tomada de ALTphotos.

miércoles, 27 de mayo de 2009

El hechicero de la montaña de fuego

I guess the mark of a classic is that
you can reread it a thousand times and always find something new.
Un profesor de Stanford en el relato de Woody Allen
«The Kugelmass Episode»

Recientemente, en «La novela laberinto», defendíamos las variedades interactivas de literatura como una evolución de las vanguardias y una prefiguración de lo que serán las grandes artes lúdicas del futuro cercano. Los libro-juego no llegaron a su madurez artística por haber sido superados por las posibilidades tecnológicas. A pesar de ello, el género cuenta con sus clásicos y el más importante de ellos es The Warlock of Firetop Mountain, escrito por Steve Jackson e Ian Livingstone y publicado en 1982.

The Warlock of Firetop Mountain
Portada de la primera edición (1982, Puffin Books) de Peter Andrew Jones

Orcos borrachosZombis

Cuatro de los encuentros que se pueden hacer en los corredores de la montaña: unos alcoholizados orcos («duendes» en la traducción española) zombis, un ghoul y un loco. En la versión española no se acepta la transcripción inglesa de esta palabra árabe (الغول, al-ghūl) «ghoul», como actualmente suele hacerse, ni tampoco ninguna de las que se le han dado en español «gul», «gol» o, como propone Rafael Cansisnos Assens en sus Mil y una noches, «algol»; se opta por desarrollarlo en
un bonito «Espíritu necrófago»

Espiritu necrófagoLoco


Como clásico que es, se podría considerar la evolución de una etapa arcaica, que correspondería a los libros de Elige tu propia aventura, pero mantiene una estructura sencilla, tomada del rol más elemental; el aventurero avanza por pasadizos, eligiendo un corredor u otro y enfrentándose con criaturas que guardan tesoros. Esta estructura, conocida como «dungeon», se lleva a rajatabla y tiene cierta honestidad y verosimilitud al estar las posibilidades de elección limitadas de forma natural, frente a las aventuras en campos abiertos, una evolución que abandonaría el clasicismo por cierto manierismo, en las que el lector-jugador podría pensar que la opción que él hubiera querido elegir no existe en el texto. Si este género tiende a implicar al lector en la historia, las magníficas ilustraciones interiores, a cargo de Russ Nicholson, contribuían creando una opresiva atmósfera de dungeon húmedo y oscuro, como debe ser.

Return To FiretopMountainLegend Of Zagor
A la izquierda, la ilustración de portada de Martin McKenna (reedición The Wizard, 2003) para Return to Firetop Mountain, la secuela aparecida en 1992 que tuvo su continuación en Legend of Zagor, 1993, cuya cubierta en su edición original (Puffing books) pueden ver a la derecha, ilustrada por Jim Burns. También existe una daptación reciente al sistema de rol D20

Caja

Versión en tablero del clásico: arriba pueden ver la caja, abajo una vista general del tablero, donde se aprecia la división en tres secciones; el dungeon dividido por el río y la tercera, el inextricable laberinto de Zagor

Tablero

Dos detalles: a la izquierda vemos parte de una hoja de personaje y el laberinto, que cambiaba en cada partida gracias a unas fichas colocadas aleatoriamente. A la derecha, algunas de las cámaras ocupadas por criaturas y en las que se encontraban tesoros, como las codiciadas llaves. Lamentablemente no es Russ Nicholson el responsable de las ilustraciones, aunque se inspiran en su trabajo


Detalle

Personajes 01

Vienen seis figuras de plástico: «Tú el bárbaro, tú el arquero, acróbata, magos y tú el caballero»


Personajes 02

Como clásico que es, las obras subsiguientes tomaron algunas de sus características, creando una estructura modelo: por ejemplo, la división de la narración en 400 secciones. Fue el primero que introdujo un sistema de combate inspirado en los juegos de rol, muy simplificado, pero que daba mucha riqueza y variedad a la lectura interactiva. Algunas variantes intentadas por otros autores, como Joe Dever, en su serie Lobo solitario, fueron interesantes y el mismo Livingston enriqueció ulteriormente su sistema con conjuros y otros detalles, pero la mayoría no fueron tan buenos como el original; el de la serie Advanced Dungeons & Dragons, por ejemplo, no hacía más que entorpecer la lectura.

Firetop Mountain SpctrumZagor Game
A la izquierda, la versión para Spectrum, imagen e información aquí. A la derecha, la versión en juego de mesa de la secuela, Return to Firetop Mountain, con tres secciones de plástico y algo de microelectrónica con un chip y todo que hacía las veces del Hechicero. Más detalles aquí y aquí. Los RPG virtuales se nos venían encima

Es decir, como clásico que es, ha generado una tradición. También forman parte de esta tradición sus secuelas y adaptaciones a otros medios; versiones para Spectrum y en juego de tablero, como atestigua el abundante material gráfico que pueden ver aquí. Ahora les dejo, que estoy en pleno Laberinto de Zagor.

Mil gracias a Ioannes Ensis, amigo y parroquiano que me ha prestado el juego de tablero durante un montón de años, gracias a lo cual he podido hacer las fotos del mismo.
La capitular está montada sobre la ilustración de la portada de la edición The Wizard, 2004, de Legend of Zagor por Martin McKenna.

domingo, 24 de mayo de 2009

La caza de Gollum

Parece mentira hasta donde están llegando las fan fiction. Miren si no el mediometraje tan simpático que se han montado unos: The Hunt for Gollum, estrenado hace un par de semanas en Londres ¿una precuela del Señor de los anillos o una secuela del Hobbit? en la que se les encarga a los montaraces cazar a Gollum; si hubieran espabilado un pelín antes muchos quebraderos de cabeza se hubieran evitado ¿y es en manos de esta gente en las que vamos a dejar el destino de Gondor? En la página oficial encontrarán la película en sí, a demás de varios trailer, la banda sonora, el making-of, wallpapers, fotos, etc. todo ello descargable gratuitamente. Aquí tienen un trailer:


Y ¿por qué no? la película completa (38'10''):

miércoles, 20 de mayo de 2009

Otros mundos XXXII (Actualizado)

Disculpen ustedes el despiste; el otro día se me olvidó poner en paralelo al rey Zuongo con su epígono de Monstruos diabólicos, el Totem Hechicero. Tras la desaparición del blog de Rafa Toro, con toda la colección (menos el famoso Carroñero, por supuesto) la pueden disfrutar en su correspondiente álbum de Flickr.

Continuamos con una nueva entrega de la colección que nos prueba que otro mundo es posible. Si hasta ahora los extraterrestres de aspecto negroide estaban abocados a la esclavitud, en este caso tenemos un gran rey capaz de preservar la identidad cultural de su pueblo y sus viriles tradiciones frente a la presión de potencias de poder interplanetario con una tecnología militar infinitamente superior. También descubriremos a los lumarckianos, cuyas costumbres no son tan viriles como las de sus vecinos de galaxia.

061Totem Hechicero

062

61. Rey Zuongo.
Con un poderoso ejército, Zuongo conquistó los siete continentes del planeta Eno. Sumidos en una oscura Edad Media, pelean con armas blancas y rechazan la injerencia y los adelantos ofrecidos por los visitantes de otros mundos.

62. Diablo danzante.
La danza acrobática sustituye en Lumarck a las guerras, los duelos, los litigios, etc. Los lumarckianos hacen increíbles exhibiciones en otros planetas ¡Lástima que por necesitar escafandra no pueden emplear atuendos más vistosos!

La imagen de la capitular está tomada de aquí.

martes, 19 de mayo de 2009

El gasógeno

Uno de los objetos mencionados en el Canon sherlockiano que merece una explicación es el gasógeno. De poco servirá al curioso dirigirse a la entrada correspondiente de la Wikipedia en español o a la del diccionario de la RAE, ya que sólo traen, por el momento, acepciones que nada tienen que ver con el objeto que nos interesa.
A finales del s. XVIII se descubrió el medio de hacer limonada con burbujas añadiendo carbono; parece ser que dos sabios, Joseph Priestley y Torbern Bergman, llegaron al mismo hallazgo de manera independiente.


Gasógeno V&AGasógeno SH Memorabilia
A la izquierda, ejemplar expuesto en el Victoria&Albert Museum, de Londres. A la derecha, el prop original usado en la serie de Granada cuando estaba expuesto en el desaparecido Sherlock Holmes Memorabilia, en Baker Street; abajo, el mismo en el episodio que adapta «El tratado naval», con David Burke como Watson. Les invito a encontrar los gasógenos en las ilustraciones que acompañaron al post «Baker street: interiores»

El tratado naval: David Burke

A fines del siglo XIX se patentaron diferentes modelos de botella que permitirían a cada cual disponer de agua carbonatada a voluntad, con el fin de disfrutar de sus supuestas virtudes salutíferas o bien para prepararse un buen copazo. Este último uso es el que interesaba a nuestros amigos Holmes y Watson, que disponían de una de estas botellas en sus habitaciones de Baker Street; el famoso gasógeno. Uno de los problemas técnicos a los que se tuvo que hacer frente fue la tendencia de estas botellas a estallar: una medida de seguridad común era cubrirlas con una malla, que todavía vemos en los sifones actuales, aunque de plástico. Quizá también por seguridad el gasógeno, a diferencia de otros modelos de sifón, constaba de dos compartimentos de distinto tamaño; el mayor para contener el agua y el otro para una mezcla de ácido tartárico y bicarbonato de sodio, destinados a producir la reacción química deseada y que pueden ver aquí, gracias a la amibilidad del parroquiano y amigo Illuminatus:

2NaHCO3+HOOC-CH(OH)-COOH > 2CO2+2H2O+NaOOC-CH(OH)-COONa

El funcionamiento del ingenio les parecerá aún más claro gracias a la ilustración siguiente, que presenta un esquema del mismo, así como los accesorios necesarios para su utilización y relleno. Está tomado de Mixing it up, donde pueden encontrar más imágenes interesantes sobre este particular:

Gasógeno ingles

Gasógeno LAGasógeno Campbell
A la izquierda, uno de los ejemplares exhibidos en el museo sherlockiano de San Fernando Valley, California, de cuya página hemos tomadola imagen. A la derecha, un grabado de la época tomado también de la ya mencionada página
Mixing it up


Es un objeto fundamental en la ambientación del apartamento, como bien han entendido muchas de las mejores adaptaciones audiovisuales que lo incluyeron en el decorado: cuando el doctor regresaba de visita, durante su matrimonio, el detective le invitaba invariablemente a servirse de él:

«Lacónico, pero con una mirada amable, me invitó a un sillón con un ademán, me lanzó la caja de puros y me indicó unas botellas de licor y el gasógeno en el ricón.» «Escándalo en Bohemia»

«Esperando ¿qué? —Ser asesinado, Watson [...] Pero nada nos impide ponernos cómodos entre tanto ¿no es así? ¿se permite el alcohol? El gasógeno y los cigarros están donde siempre.» «La aventura de la piedra de Mazarin»

Ya saben, estimados parroquianos, si hemos igualmente de esperar a la muerte ¿qué mejor que hacerlo en compañía de los amigos, en un cómodo sillón, con un puro y una copa?

martes, 12 de mayo de 2009

Steampunk: carta de navegación

Como ustedes no ignoran, el steampunk es una estética, frecuentemente asociada a la ciencia ficción, que introduce elementos mecánicos, máquinas de vapor y otras tecnologías obsoletas, extrapolándolas a un nivel de sofisticación tal que les permite cumplir las funciones que se podrían esperar de tecnologías más avanzadas.
La entrada de la Wikipedia española sobre el particular subraya la importancia del vapor y de la ambientación victoriana, pero, como veremos, ninguno de esos dos elementos son imprescindibles:
En realidad, podemos encontrar una estética más o menos steampunk en historias ambientadas en épocas muy diversas, veamos algunos ejemplos:

Los más remotos podemos encontrarlos en civilizaciones legendarias o antiguas, como la Alántida o Mu, cuyos mecanismos, a base de contrapesos, correas de transmisión de cuerda y piezas giratorias no están muy lejos del steampunk medieval: a menudo son trampas y enigmas con las que se encontrarán Lara Croft, Sidney Fox y otros apandadores de tumbas.
Más próximo al puro steampunk es el helenístico, que cuenta con bronce y ruedas dentadas, inspirado en los ingenios de Arquímedes o de Ctesibios y Herón de Alejandría.
También está el quattrocentista, inspirado en Leonardo o en Leon Battista Alberti (que ya mencionamos aquí) como el steampunk barroco en Athanasius Kircher.

KircherSphere
Reconstrucción de la esfera de Arquímedes, por Athansius Kircher; grabado tomado de aquí


También cabe uno rococó, poblado de autómatas y cajas de música y uno romántico, en el que el doctor Copelius da libre curso a su agalmatofilia gracias a sus habilidad en mecanismos de relojería.
El siglo XIX, por su puesto, cuenta con todos los vapores, remaches y cigüeñales de la revolución industrial, a demás de los autores de ciencia ficción de entonces, que darán materia y argumento a muchas ficciones de este tipo. La posibilidad más moderna incluiría tecnología de aspecto similar a la de las guerras mundiales; se pueden aceptar válvulas, clavijas e incluso teléfonos de trompetilla: el límite podemos fijarlo en los transistores y microelectrónica en general, totalmente proscritos de este universo estético.

Naturalmente no sólo se explotan épocas históricas reales, también ucronías y otras lineas temporales paralelas, futuros lejanos así como mundos completamente ajenos al nuestro y, por tanto, de nuestra historia.

Este no es el único factor que confiere a este universo gran variedad y ambigüedad, por lo que, con el fin de saber, en ulteriores referencias al steampunk, de qué estamos hablando, evocaremos aquí ciertas precisiones:

Farenheit 451
Momento de Farenheit 451

Hemos visto más arriba cómo las obras adscritas a este universo estético pueden definirse según sus referencias históricas, siguiendo otros criterios podemos situarlas en otros ejes que nos serán de utilidad:

La intensidad y cantidad de elementos de estética steampunk:

En un extremo del eje tenemos ficciones en las que aparecen elementos de este tipo puntualmente, a veces aislados, como en Alias, en los momentos en los que vemos los ingenios de Milo Giacomo Rambaldi, mientras que el resto de la serie se adscribe a una estética propia de las ficciones de espías con gadgets de alta tecnología. Más elementos tenemos en Farenheit 451, como los teléfonos, los uniformes y el coche de bomberos, en un ambiente donde predomina el futurismo pop.

Rambaldi
Arriba, uno de los más complejos ingenios de Rambaldi; abajo, un momento de La ciudad de los niños perdidos
La ciudad de los niños perdidos

Así podemos multiplicar los elementos, hasta llegar, por ejemplo, a Fullmetal Alchemist, donde el steampunk es muy importante o a ficciones que nos sumergen en un universo saturado de esta estética hasta sus menores detalles, como Last Exile o La ciudad de los niños perdidos.


Otro criterio es la relación de los elementos estéticos steampunk con el argumento: en ocasiones estos elementos son meramente decorativos, sin relación directa con el meollo de la cuestión, mientras que otras veces están regidos por las bases mismas del argumento y, cuando es así, puede esta rección ser de diferente intensidad y manera:

Un ejemplo de elemento decorativo son los «vanship» (cazas) de Last Exile: parecen biplanos de la I Guerra Mundial sin alas y sin hélice; a pesar de las precisiones técnicas a propósito del líquido claudia, si tuvieran pinta de x-wing la historia no se vería afectada, si bien entran dentro de la lógica estética del conjunto. Peor es el caso de los centauri de Babylon 5, cuyos uniformes militares decimonónicos parecen trasplantados y aspiran en vano a dar profundidad y carisma a los personajes. El primer ejemplo entra dentro de un tema estético, el segundo es un detalle ambiental.

El éxito de esta estética ha hecho que se acepten elementos propios de ella en contextos que le son extraños, como por ejemplo, en el animé Heat Guy J, fiel al Ciberpunk más puro, el sofisticado androide J expulsa en ocasiones grandes chorros de vapor, sin que se nos explique la razón técnica.

04

Arriba, un vanship de Lastexile: un biplano áptero, si me permiten la contradictio in adjectio
.
A la izquierda, Londo Mollari, embajador, a la derecha Thufir Hawat, maestro de asesinos. Los centauri de Babylon 5 están evidentemente inspirados en los mentat de Dune

Londo MollariThufir Hawat

Una forma de rección de la estética por el argumento muy común es introducir un elemento que ha inhibido de alguna manera el desarrollo tecnológico tal como lo conocemos: así, en Fullmetal Alchemist, el uso habitual de la alquimia ha hecho innecesarios muchos avances técnicos, en Farenheit 451, una sociedad sin cultura escrita orientaría de manera diferente sus mecanismos de desarrollo, en Brazil, un sistema entorpecido por el exceso de burocracia y falta de libertad tendría una innovación tecnológica morosa, en Dune, la Yihad Butleriana había prohibido las máquinas pensantes y las humanoides, etc.

En otras ocasiones, el steampunk es una estrategia para hacer aceptar al espectador la posibilidad de la existencia de tecnología muy elaborada en épocas pasadas; así, en Van Helsing, los gadgets que utiliza el personaje o el laboratorio del dr. Frankenstein deben parecer productos del s. XIX, así como los ingenios de Rambaldi han de tener un aspecto renacentista.

Were Rabit
Un momento de La maldición de las verduras, con Wallace y Gromit

Similar al caso precedente es el caso de los manitas que fabrican artesanalmente en su casa sus propios aparatos, descartando estéticas hightech que implicarían el uso de productos industriales y dependencia de grandes compañías: es el caso de Wallace y Gromit, quienes fabrican en su sótano desde un cohete espacial hasta unos pantalones semovientes, aplicando técnicas de bricolaje. Incluso la muy sofisticada y altamente tecnológica Blade Runner se tiñe de steampunk en diversas ocasiones, en relación con lo que nos ocupa, cuando llegamos al apartamento de J. F. Sebastian y vemos sus inventos caseros. En esta ocasión se une el stempunk con el ciberpunk.

Otro caso, que podemos considerar una variante del precedente, lo encontramos en distopias como Delicatessen, donde la degradación de la sociedad ha obligado al reciclaje y apaño de bienes de consumo obsoletos.

Delicatessen
Arriba, imagen de Delicatessen. Abajo, la nave de un navegador de primera clase de la Cofradía Espacial y su escolta, en Dune, expulsa grandes chorros de vapor

Dune

En ocasiones la estética la produce la desviación ucrónica: así, por ejemplo, en un mundo donde Alemania hubiera ganado la II Guerra Mundial, no sólo disfrutaríamos del estilo art-deco autoritaro de los proyectos de Hitler (uno de los estilos arquitectónicos más explotados en el steampunk, como veremos) y de bonitos uniformes, también podemos especular que el desarrollo tecnológico hubiera seguido otra senda, con la mejora de los zepelines, por ejemplo.

Amplitud del término. Llegados aquí, es necesaria una reflexión sobre el uso lato que damos a la palabra cuando la aplicamos a objetos del mundo real, como la Torre Eiffel, el dirigible Hindenburg o un visor estereoscópico. La observación y el análisis efectuado en todo presente modifica su pasado: así, el romanticismo transformó la parodia caballeresca de Cervantes en una obra de significado universal. El término steampunk, creado en los años 80, afecta a nuestra interpretación del pasado y, por supuesto, el pasado, en el que se inspira su estética, afecta al concepto. Esto nos lleva a tener en cuenta la posición de los creadores para afinar en el uso del término:

Steampunk, en su sentido más propio, se aplicaría únicamente al que encontramos en creaciones que profesan intencionalmente esa estética, creadas en fechas posteriores o inmediatamente anteriores a la creación del término, tanto las narrativas que hemos mencionado, como objetos, tales como el telectroscopio de Paul St George de Londres o los gadgets tecnológicos modernos maquillados en este estilo, como el teclado de ordenador que pueden ver en la ilustración de abajo. Los creadores se adscriben pues a un movimiento establecido, con cánones estéticos claros y cierto sentimiento de pertenencia a una comunidad; su actitud es retrofuturista.

datamancerergo

La imagen de arriba está tomada de aquí: abajo, el telectroscopio de Paul St George, en Londres, a través del cual se ve Nueva York, en una fotografía de Matthew Andrews

Matthew Andrews

Otras veces se usa el término para referirse a obras anteriores a su acuñación, sean creaciones literarias o artefactos y también a proyectos o tecnologías cuyo desarrollo fue truncado, como los mencionados zepelines. Cuando lo usamos proyectamos el concepto hacia el pasado. Si bien el steampunk se basa supuestamente en estas creaciones pretéritas a menudo se exageran los elementos que encajan en los cánones hoy establecidos: por ejemplo, el Nautilus de Verne: en la versión cinematográfica de 1916 el submarino tiene una representación menos steampunk que en la de 1954 lo que seguramente estaba más cerca de la idea del autor, que se basaba en los submarinos y proyectos de su época, fusiformes y sobrios, sin tanto ojo de buey y lucecilla. La versión del 54, no obstante, ha sentado la iconografía aceptada de este submarino, irrenunciable en las versiones posteriores. El hecho de que la ciencia ficción clásica sea un campo evidente de explotación para la estética que nos ocupa ha hecho que algunos la llamen «proto-steampunk». La actitud de los creadores, en este caso, es futurista, ya que escritores como Verne especulaban con las posibilidades de la técnica y los ingenieros, en otro nivel, también.

Nautilus
Arriba, la versión del Nautilus de Disney en una maqueta tomada de aquí, abajo, la de 1916

Nautilus

6jyd0r4
La máquina del tiempo y su creador

La verdadera creación de esta estética, en las décadas precedentes a la formulación del término, corre a cargo de las adaptaciones cinematográficas de la ciencia ficción a la que acabamos de hacer alusión. Así, en la novela de La máquina del tiempo de G. H. Wells, la descripción del artefacto es bastante vaga: los creadores de la película de 1960 hubieron de darle un aire victoriano para que encajara con la época de la acción, en virtud del principio de verosimilitud evocado más arriba. Por un lado no son más que los herederos directos de los creadores «proto-steampunk» (escritores, ingenieros y muy particularmente los ilustradores de las novelas) pero tienen más en común con los creadores de steampunk en su sentido propio, tanto por una búsqueda estética similar, delatada por evoluciones como la del aspecto del Nautilus que hemos mencionado, como por que su actitud es retrofuturista. Otra cuestión, sobre la que quizá volvamos un día, sería saber dónde situamos el corte: de las versiones de 20.000 leguas de viaje submarino anteriores a la del 54 ¿cuál dejó de ser futurista para empezar a ser retrofuturista? ¿la de 1907, la del 13, la del 16 o la televisiva del 52?


Otro eje en el que podemos situar estas ficciones es la lejanía o proximidad al mundo real. Toda narración ficcional plantea un universo paralelo donde se desarrolla la acción; a veces las diferencias con el mundo que conocemos son mínimas y otras crea un universo muy diferente: todo lo que no es mencionado se asume que funciona normalmente: por ejemplo, aunque en el universo de Superman haya una ciudad de ficción llamada Metrópolis, asumimos que las otras ciudades y países ocupan su lugar habitual:

Los ejemplos citados hasta ahora pueden situarse fácilmente en un punto u otro de este eje; en La máquina del tiempo es ésta el elemento fantástico introducido, mientras que en Dune encontramos un rico universo con su política, ecología, etc. Podría ser revelador ver cómo cambia el tema nazi, en función de su posición en este eje: Fatherland representaría un ejemplo próximo de la realidad, sin otro elemento fantástico que el supuesto de que Alemania hubiera ganado la guerra. Un poco más allá en el eje se explotarían los proyectos y prototipos que, según parece, los alemanes estaban probando hacia el final de la guerra; esto admite diferentes grados de exageración, hasta llegar al maravilloso Carro acorazado superpesado caminante que nos proponen en Original Vehicles y pueden ver aquí abajo (encontrado gracias al Blog Ausente).

nazi wars

El animé Metrópolis, basado en el manga de Tezuka, podría considerarse una extrapolación del tema nazi en el extremo más fantástico de esta coordenada. Algunos elementos para confortarnos en esta hipótesis serían: los uniformes, cuerpos paramilitares al estilo de los camisas pardas, el dictador, la arquitectura art-deco autoritaria y, sobre todo, la manipulación de la población, cuyo descontento es canalizado hacia una minoría usada como chivo expiatorio (en este caso se substituye a los judíos por los robots).

Metropolis
La arquitectura de Metoroporisu de Rintaro se inspira en la de Fritz Lang, que a su vez se basaba en los proyectos futuristas de aquel entonces

Metropolis

Teniendo todo esto en cuenta, especialmente las dos últimas secciones, pasamos al último eje que propondremos: según la veta de donde se extraen los elementos estéticos:

En los universos menos fantásticos, se explotarán aparatos o creadores que realmente existieron: ya hemos mencionado a Herón, Leonardo, Alberti, Kircher, etc. y podedríamos alargar la lista con Tesla, Rühmkorff y muchos otros. La historia está llena de elementos reales explotables en un univreso steampunk, desde la calculadora mecánica Curta, pasando por el jugador de ajedrez de Mäzel y la máquina diferencial de Babbage a las cotas de malla usadas en la I Guerra Mundial y otras tecnologías olvidadas. El primer paso de aquí a la fantasía consiste en la exageración, interpretación o en tomar lo que solo fueron proyectos por realidades. Esta interpretación puede ser tan sutil como hacer que un Savoia S. 21 sea monoplano en lugar de bilano, como vimos en la entrada dedicada a Porco Rosso. De ahí, hasta la creación de un universo completamente fantástico al estilo de Last Exile, hay muchos grados posibles:

800px-Splatter_Mask_(WWI)
Máscara con cota de malla de la I Guerra Mundial. Mas detalles y otras armas primitivas de esta guerra en este post de Historias con historia

A veces el pacto de ficción nos propone un mundo que podemos tomar por el nuestro, lo que ocurre es que la historia ha olvidado algunos hechos, como puso de manifiesto el descubrimiento del mecanismo de Anticitera o se oculta la verdad: es la posición de Hellboy o de La liga de los caballeros extraordinarios, cuya acción se supone en el curso normal de la historia, aunque el ciudadano de a pie ni siquiera pueda imaginarse lo que se cuece. En el caso del Sherlock Holmes de Miyazaki, el hecho de que se plantee un universo perruno crea una distancia que permite mayor flexibilidad en la anacronía y la fantasía de las máquinas que aparecen. Un caso notable de la técnica de exagerar tecnologías existentes es Steamboy, al situarse en un lugar y un tiempo muy concreto, la gran exposición universal de Londres de 1851, precisamente conocido como punto de encuentro de la tecnología más avanzada de la época.


curta-2
Calculadora mecánica Curta, imagen tomada de aquí. Abajo, fragmento de la máquina diferencial de Babbage en una imagen de la Wikipedia

BabbageDifferenceEngine

Otra fuente de tecnología steampunk es, como hemos mencionado, la literatura del s. XIX y XX que algunos han llamado «proto-steampunk». Ya hemos visto que los elementos explotables pueden ser exagerados para adaptarse a los cánones. Esta exageración puede darse en mayor o menor grado, hasta el punto de sacar de donde no hay; por ejemplo, si los elementos explotables en el precedente ejemplo de 20000 leguas de viaje submarino eran evidentes, en el caso de las aventuras de Sherlock Holmes hay que buscarlos con más atención, pero están ahí (el submarino Bruce Padington, la prensa hidráulica del «Pulgar del ingeniero», etc. Un día dedicaremos un post a este particular) listos para ser exagerados por el amante del Steampunk. En ocasiones no hay gran cosa, como en El retrato de Dorian Gray, lo que no ha sido óbice para que el personaje sea incluido en la versión cinematográfica de La liga de los caballeros extraordinarios.


Ambulante
Aunque a veces la magia haya hecho innecesario el desarrollo normal de la tecnología, en otros universos ésta parece una rama más de la magia, al mismo nivel que la alquimia o la necromancia; es el caso en El castillo ambulante y Hellboy

Mignola

Y uno que pensaba que Sky captain y el mundo de mañana era steampunk y resulta que no, que es «dieselpunk»: ya advertimos aquí de los peligros de ceñirse demasiado a la etimología

Sky Captain

Estas precisiones las hemos situado en torno a unos ejes para facilitar su exposición, pero están tan íntimamente ligados entre sí que a menudo ha sido necesario volver sobre ejemplos e ideas que se repiten en unos y otros. Creemos no obstante que esta aproximación analiza la estructura del steampunk de una manera más profunda que las clasificaciones en subgéneros que siguen el criterio temático o ambiental, lo que ha dado variedades como gasligth romance, western steampunk, clockpunk, dieselpunk, etc. Para más precisiones sobre estos y otros subgénenros visiten los artículos correspondiente de la Wikipedia inglesa: «Steampunk» y «Cyberpunk derivatives». Las variedades esbozadas aquí se afinarán con nuevos ejemplos en entradas ulteriores.