lunes, 22 de junio de 2009

Teología portatil III

En verdad, en verdad os digo que he aquí cuatro nuevas entradas de las que incluyó nuestro querido Barón de Holbach en su Teología portátil o diccionario abreviado de la religión cristiana, ilustradas hoy por un dibujo a lápiz de nuestro no menos querido Isidre Monés:
Cardenal:
Es un cura vestido de rojo que, en virtud de un breve papal, se constituye en igual a los reyes y se sustrae a su obediencia, excepto si se trata de recibir gracias, que tiene la bondad de aceptar por condescendencia pura. Los cardenales se visten de rojo o de color fuego para que nunca pierdan de vista la sangre que ha sido necesario derramar por el bien de la iglesia y la leña que ha sido necesario encender para sostener la fe.

Confesor:
Cura que recibe poderes de su obispo, es decir, a quien Dios en persona concede representación para escuchar las bobadas que, a pesar de su omnisciencia, Dios necesita que le descubran: sin esto no sabría que hacer de aquel que se confiesa a su sacerdote.

Pajarracos
Obispo:
Significa inspector. Es un cura que, sin mujer, tiene, como ciertos insectos, la facultad de reproducirse y multiplicar su especie. El episcopado es una carga tan pesada que un abate ha de hacerse violencia para aceptarla; está obligado a vencer tres veces su aversión sincera por un obispado que lleva solicitando diez años. Véase Orden.

Sacerdotes:
En todas las religiones del mundo son los hombres divinos que Dios en persona ha puesto sobre la tierra para ejercer un oficio muy útil; consiste en distribuir gratuitamente temores, con el fin de tener el placer de distribuir a continuación esperanzas a cambio de dinero. Es este un punto fundamental sobe el que todos los sacerdotes del mundo han estado siempre perfectamente de acuerdo.

Muchas de las obras mayores de Holbach, en el dominio público, están disponibles en Wikisource en francés; algunas de ellas han sido publicadas recientemente en español: no es el caso de Teología portátil o diccionario abreviado de la religión cristiana, por lo que vamos supliendo esta carencia por entregas; hasta ahora hemos publicado, a demás del presente post, «Teología portatil I» y «Teología portatil II».

4 comentarios:

Ginebra dijo...

Ay, madre! qué certero todo!

Evil Preacher dijo...

Es una pena que siga siendo certero aplicado al contexto actual, casi tres siglos y medio después de la publicación de la obra.

Illuminatus dijo...

Y cambiando el rojo por los turbantes, que es lo que está de actualidad.

Evil Preacher dijo...

Son dos tragedias de escala diferente: lo de los barbudos es una pena por el peligro que tienen y la cantidad de gente que les presta oído; es terrible que en esas regiones no hayan tenido su Ilustración. Lo de los purpurados es terrible, porque perduran incluso en sitios que la tuvieron.