Hoy se cumplen 200 años del nacimiento de Poe. Innumerables son las razones por las que este blog podría reivindicar al escritor americano como su santo patrón: es unánimemente reconocido como el creador de la novela policíaca, uno de las lineas mayores del Predicador; también trata de aventuras navales y piratas fantasmas en obras como Narración de Arthur Gordon Pym y «Manuscrito encontrado en un botella». Hay quien le considera un precedente de la ciencia ficción y todos el gran renovador del terror gótico. También es una brillante mente analítica; se basó en sí mismo para crear a su detective Dupin, antepasado directo de Holmes, y aplicó esta capacidad directamente en sus artículos, como en el que trata sobre el autómata jugador de ajedrez, del que hablamos también aquí, o los que versan sobre criptografía, otro tema tratado. En su cuento «El escarabajo de oro» explica las bases del análisis de mensajes cifrados por substitución simple. El vino era otra de sus pasiones y también aquí le hemos dedicado alguna entrada. En suma, podríamos ver su sombra en la mayor parte de lineas fundamentales de este blog, si bien su influencia en la literatura y demás géneros narrativos ulteriores es tal que sólo podemos vindicarnos como uno de sus numerosos vástagos. Todo esto nos daría materia y legitimidad para dedicarle en su bicentenario un ambicioso análisis, sin embargo, no lo haremos: nos vamos a fijar, más bien, en derivas curiosas y divertidas que su adaptaciones han dado:
Boris Karloff actuó, con treinta años de separación, en dos películas con el mismo título The Raven: ambas decían estar basadas o inspiradas en el poema de Edgar Allan Poe: ambas no tenían nada que ver ni con el poema, ni entre ellas. Es de esperar que Karloff se hiciera esa misma reflexión. Ilustramos esta curiosidad:
En la primera, que data de la gran época de terror de la Universal, comparte cartel con el gran Bela Lugosi. Nada tiene que ver con el poema, salvo que al malvado personaje de Bela le gusta recitarlo para impresionar a sus invitados, como en este fragmento:
En otro momento de la película, la chica danza acompañando una recitación del poema, lo que le faltaba a Bela, científico loco, para obsesionarse con ella:
El poema de Poe es un gran monumento a la actitud propia de romanticismo tendente a hundirse por iniciativa propia en la depresión y la neurosis; si el personaje sabía que el cuervo en cuestión tenía como única palabra de su vocabulario «Nevermore» («Nunca más») ¿Por qué no para de preguntarle al volátil si volverá a ver a su amada Lenore en el más allá? Conoce la respuesta, pero eso no le evita el placer de rebozarse en su propio sufrimiento.
En los primeros minutos de la adaptación de 1963, a cargo de Roger Corman, podríamos creer que se pretendía seguir el hilo del poema. Karloff comparte cartel con grandes nombres como Vincent Price, Peter Lorre y un jovecísimo Jack Nicholson. Efectivamente, la película comienza con la recitación de las tres primeras estrofas del poema, a continuación se escenifican las siguientes; el protagonista (Price) está en su estudio con un libro de olvidadas tradiciones, pero no puede concentrarse, perturbado por el recuerdo de su amada difunta. Sin contar con la irrupción del personaje de la hija y algún elemento burlesco (que marca el tono del resto de la película) la acción sigue bastante fielmente la de el poema:
Price escucha un ruido, duda si es alguien que llama, lo comprueba, etc. hasta que finalmente nota que es un cuervo en la ventana que quiere entrar y que, una vez franqueado el alféizar, se posa sobre el busto de Atenea. Efectivamente, Price (Dr. Erasmus Craven) le pregunta, aprovechando la pretendida condición de espíritu psicopompo del cuervo, si algún día volverá a ver a la doncella que los ángeles llaman Lenore y dice el cuervo «Y yo qué coño sé ¿tengo pinta de adivino?». Una vez aquí, como pueden ustedes sospechar, la acción se separa por completo de la del poema y es que el cuervo no es otro que el mediocre mago Dr. Adolphus Bedlo (Lorre) lo que explica que hable como una comadre, que ha sido transformado en plumífero por el malvado mago Dr. Scarabus (Karloff). Bedlo pretende que Craven le devuelva su forma humana y juntos irán a enfrentarse a Scarabus. El asunto del poema no se retoma en todo el metraje hasta los últimos segundos, en los que Price, de vuelta a su estudio, recita con una sonrisa y sin venir mucho a cuento «Quoth the raven "nevermore"».
Para terminar, he aquí otra deriva curiosa de las adaptaciones de los poemas de Poe; la versión de «Annabel Lee» a cargo de Radio futura; la imagen de los ángeles jugando al ajedrez marcó los espíritus:
En la primera, que data de la gran época de terror de la Universal, comparte cartel con el gran Bela Lugosi. Nada tiene que ver con el poema, salvo que al malvado personaje de Bela le gusta recitarlo para impresionar a sus invitados, como en este fragmento:
En otro momento de la película, la chica danza acompañando una recitación del poema, lo que le faltaba a Bela, científico loco, para obsesionarse con ella:
El poema de Poe es un gran monumento a la actitud propia de romanticismo tendente a hundirse por iniciativa propia en la depresión y la neurosis; si el personaje sabía que el cuervo en cuestión tenía como única palabra de su vocabulario «Nevermore» («Nunca más») ¿Por qué no para de preguntarle al volátil si volverá a ver a su amada Lenore en el más allá? Conoce la respuesta, pero eso no le evita el placer de rebozarse en su propio sufrimiento.
En los primeros minutos de la adaptación de 1963, a cargo de Roger Corman, podríamos creer que se pretendía seguir el hilo del poema. Karloff comparte cartel con grandes nombres como Vincent Price, Peter Lorre y un jovecísimo Jack Nicholson. Efectivamente, la película comienza con la recitación de las tres primeras estrofas del poema, a continuación se escenifican las siguientes; el protagonista (Price) está en su estudio con un libro de olvidadas tradiciones, pero no puede concentrarse, perturbado por el recuerdo de su amada difunta. Sin contar con la irrupción del personaje de la hija y algún elemento burlesco (que marca el tono del resto de la película) la acción sigue bastante fielmente la de el poema:
Price escucha un ruido, duda si es alguien que llama, lo comprueba, etc. hasta que finalmente nota que es un cuervo en la ventana que quiere entrar y que, una vez franqueado el alféizar, se posa sobre el busto de Atenea. Efectivamente, Price (Dr. Erasmus Craven) le pregunta, aprovechando la pretendida condición de espíritu psicopompo del cuervo, si algún día volverá a ver a la doncella que los ángeles llaman Lenore y dice el cuervo «Y yo qué coño sé ¿tengo pinta de adivino?». Una vez aquí, como pueden ustedes sospechar, la acción se separa por completo de la del poema y es que el cuervo no es otro que el mediocre mago Dr. Adolphus Bedlo (Lorre) lo que explica que hable como una comadre, que ha sido transformado en plumífero por el malvado mago Dr. Scarabus (Karloff). Bedlo pretende que Craven le devuelva su forma humana y juntos irán a enfrentarse a Scarabus. El asunto del poema no se retoma en todo el metraje hasta los últimos segundos, en los que Price, de vuelta a su estudio, recita con una sonrisa y sin venir mucho a cuento «Quoth the raven "nevermore"».
Para terminar, he aquí otra deriva curiosa de las adaptaciones de los poemas de Poe; la versión de «Annabel Lee» a cargo de Radio futura; la imagen de los ángeles jugando al ajedrez marcó los espíritus:
Cargado por Siroco80
La capitular está montada sobre una ilustración de Ivan Bilibin a los cuentos rusos tradicionales recopilados por Afanásiev.
10 comentarios:
Yo voy a hacerle un homenaje yendo este martes a ver La máscara de la muerte roja a la filmoteca :)
Dejo como recomendación un capítulo de ABC Specials, una adaptación un tanto peculiar de "el escarabajo de oro". Link.
¡Magnífica entrada, Evil!
Era algo que esperaba, con una fecha tan señalada y con los gustos tan refinados que demuestras en tu blog.
Poe no es sólo un pionero, es único. Muchas veces he leído que no es para tanto, pero el talento le sobraba, le salía a raudales.
Los videos de YouTube, estupendos, pero lo de Radio Futura...¡Todo un puntazo!
Un vrai tour de force. Excellent Evil.
La cuestión es que Poe demostró una gran maestría de lenguaje para poder sacar jugo y rima a la lengua inglesa, más bien orientada a la rima asonante que a la consonante. Además, su éxito a nivel popular es algo envidiable (si bien el pobre Edgar tuvo una vida de pobretón y miserable).
¡Qué suerte Padawan! A pesar de la inmensa oferta cinematográfica de París, echo de menos una visita la filmoteca de cuando en cuando. Recuerdo el ciclo Poe de Corman que pusieron en la tele, allá por el 88; me fascinó y me costó mucho tiempo volver a ver esas películas (algunas todavía no lo he conseguido). Sin duda la de la muerte roja es la mejor de ellas. En cuanto a la versión que propones del Escarabajo de oro, Malena (¡Nueva foto!), no la conocía y haré lo posible por verla, siguiendo tu recomendación.
Gracias, Atilio y Valentín; mi desconcierto ante estas explotaciones disímiles del poema de Poe en largometraje, ambas con Karloff para más inri, era una de las ideas de post más antiguas y pasó mucho tiempo en la columna lateral; el bicentenario me ha obligado finalmente a redactarla (y a volver a editar los vídeos que la eliminación de mi cuenta de YouTube y la destrucción de mi disco duro perdieron).
Tomo nota de tu opinión, Illuminatus, ya que tengo confianza en tu inglés. El mío es deficiente y, sin duda por culpa de eso, el ritmo de Poe y de otros poetas que me he esforzado en leer en inglés, como Blake, me parece un poco machacón. El hecho de que narraciones inteligentes como las de Poe gocen de éxito popular alimenta mi fe en el género humano.
Un placer leer la entrada.
Gracias, Ginebra.
Buena entrada e interesantísimos enlaces. El de Radio Futura me ha gustado especialmente, claro está.
Por casualidad acabo de ver una película de la Universal, también con Karloff y Lugosi, también con un título de Poe (Black Cat) y que tampoco tiene nada que que ver con su referente literario.
Un cordial saludo.
Gracias, Mariano. La película a la que haces referencia es una de las grandes, seguramente la mejor en la que colaboran las dos estrellas monstruosas de la Universal. En lugar de asociar el terror a la arquitectura gótica, se asocia a la art-deco, muy interesante.
También Corman hizo una película con ese título, siguiendo con los paralelismos, si bien, en esta ocasión, sí que está basada en el cuento, aunque le añade, como hace en otras producciones, elementos de la trama tomadas de otros relatos de Poe para que cuadre en el formato largometraje.
Un cordial saludo.
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