uando cerramos la sección Dominus Dei dejamos abierta la posibilidad de volver a ella de manera ocasional, gracias a lo cual puedo ofrecerles este domingo una nueva pregunta cuya solución será publicada el sábado próximo, en una pequeña concesión al judaísmo; que siempre conviene recordar que el cristianismo no es el único monoteísmo dañino que hemos de soportar.Pero antes veamos un par de vídeos que testimonian de la grandeza de Dios, que se manifiesta en todas las pequeñas cosas cotidianas, como las frutas; ya conocerán ustedes el fruto del Árbol del Conocimiento de Bien y del Mal, así como el Fruto de tu vientre; Jesús; pero Dios no se queda en eso. Hace unos meses encontré este argumento frutológico en YouTube, cúspide y modelo de teodicea, y me siento culpable por no haberlo compartido antes con ustedes:
Tutubeado originalmente por Superic
(Atención; no es un chiste, el tipo habla en serio; el otro sonríe, no porque se esté descojonando, sino por la Gracia de Dios). Los aficionados a las controversias pueden ver su refutación, aunque seguro que ya se imaginan ustedes algunos de los argumentos. A continuación pueden ver hasta que punto llega la imaginación de la Virgen para hacer sus apariciones; tras el caso del santo sandwich de queso de Florida, tenemos una manifestación mariana en una sandía, muy adecuada a estas fechas veraniegas:
Y por fin, he aquí la pregunta:
8 comentarios:
El de la banana lo conocia ya. Pero el de la sandia es espectacular!
Me encanta cuando la vieja dice: "tal vez, algo me suceda", con unas esperanzas y candidez casi exitantes (si fuese mas joven...). La hija lo confirma diciendo "alguien se esta fijando en ella". Tenia que ser con una sandia porque con una banana hubiese sido demasiado obvio y pequenio.
Ví el vídeo hace ya tiempo. Me encanta lo de Behold the nightmare of the atheist. XD
ke panda de hijos de perra.
Mentirosos, falsos enfermos de ignorancia y poder!!!
Una virgen en la sandia?? pero como tienen tanta cara??
Alucinante.
Cristianos a los leones ya!!!
Tenemos que admitir que los cristianos nos tienen acorralados con estos argumentos.
Me pesa no saber poner subtítulos en deferencia a la mayoría hispanohablante de los parroquianos: traduzco, en compensación, dos de los comentarios más divertidos que han hecho al video de la banana en YouTube:
Dios puso a los cristianos en la tierra para divertir a los ateos; este video es la prueba. (Ralizah)
Una banana es también perfecta para ser usada como dildo. Piénsenlo; está curvada para tocar el punto G, el color indica cuando está en su punto para ser usada, tiene un asita para poder agarrarla bien cuando está dentro, un envoltorio protector para mantener intacto el contenido, así que puedes comer un piscolabis después y es nutritivo y revigorizante tras una buena sesión. Para eso quería Dios que la usáramos en realidad: lo que no entiendo es porqué la puso tan alta en un árbol.(Croat88)
También quisiera recodar en esta ocasión el famoso método de masturbación del melón.
DIOOS No. Porqué? Toda mi vida luchando contra la religión y la ignorancia y miedo que generan y de pronto, ZAS, este innegable hecho de la existencia de Dios, esta irrefutable prueba en forma de cucubitácea. ¿Por que Señor? Ni siquiera el gran Russell podría desmontar este argumento, estamos perdidos, Dios existe y, al igual que Homer, estaremos condenados a sufrir un Castigo Irónico que consistirá en tallar para toda la eternidad imágenes de la Virgen en frutas variadas...
Al menos tendremos el consuelo de que nuestras tallas convertirán al recto camino a otras ovajas descarriadas como nosotros lo fuimos antes. Amén.
Onán es el autentico profeta, todos debemos seguir el camino de Onán. Y los herejes que no lo hagan serán condenados a practicar sexo oral con cangrejos!!!
Estos humoristas que nos ha mostrado hoy, estimado Malvado, son verdaderamente hilarantes.
Un cordial saludo.
Lo cierto es que Onán es el personaje bíblico con más seguidores en todo el mundo; pero son discretos y practican su culto en la esfera privada; un ejemplo a seguir para todas las demás religiones.
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