olvemos hoy al episodio de Colombo que comentamos el otro día. Como vieron, el vino era un elemento fundamental. Está muy bien documentado y lleno de detalles geniales. Las uvas y orígenes que se mencionan son todos reales, no así las bodegas y marcas, que (salvo el Château Lafite mencionado al final) son de ficción, si bien en algunos casos se pueden identificar con marcas reales (la bodega comercial a la que Rick pretende vender las tierras es una referencia vedada a Ernest & Julio Gallo). Sin embargo el vino no es mi terreno de especialización, por lo que he acudido a un parroquiano que es experto en la materia y que, amablemente, ha accecido a comentar el episodio; dejo pues paso a la pluma de Atilio. Para aclarar referencias a detalles concretos de la acción intervengo entre corchetes:
El episodio que el Malvado me pide comentar desde el punto de vista enológico es realmente un clásico. Es muy difícil, en mi opinión, crear suspenso y solucionar un crimen a partir de elementos puramente relacionados con el vino, su degustación y conservación.
Como el objetivo de este post no es el de dar un curso al respecto me limitare a hacer algunas observaciones:
Para comenzar, el nivel de conocimientos de los grandes vinos que los escritores demuestran es muy bueno. No obstante, sea no hubo gran coordinación con el director, sea, como Columbo mismo, han debido aprender en poco tiempo y algunos detalles se han pasado de largo, a saber :
La cantidad de vino en las copas es demasiado grande para un degustación correcta.
Las copas no son de degustación sino más bien algo exhibicionistas y propias de los años de la serie.
Hay preconceptos tales como que los ciudadanos de países tradicionalmente productores de vino son, por ende, conocedores, algo completamente errado. El fenómeno de beber vino en cantidad no conduce a reconocer su calidad [Carsini dice a Colombo que, como italiano, debe saber apreciar el vino].
Oler el corcho es un practica común entre la gente mencionada arriba [se hace en una ocasión] y no aporta informaciones que no se puedan obtener oliendo el vino. Además, el corcho huele a corcho, lo que sería un defecto en el vino.
La importancia de tener un pulso firme para efectuar la decantación es exagerada [Carsini rompe su hábito de decantar siempre él mismo (lo que resultará sospechoso para Colombo) porque estaba demasiado agitado tras golpear a su hermano]. Lo que se debe evitar es la interrupción del flujo de vino dentro del decantador porque, de ocurrir, el resto que quede en la botella será arruinado por la acotación de los sedimentos [como, efectivamente, hace uno de los personajes (aunque no se subraya) cuya falta de pericia desprecia el asesino].
La presencia de dos sommeliers especializados, uno para vino tino y otro para vino blanco [como ocurre en el restaurante al que invita Colombo] es algo de lo que nunca escuche hablar y que me parece que no debe haber existido jamás, ni siquiera en un casino de Las Vegas. Seguramente fue incluido para impresionar.
A pesar de estas críticas puntuales, el nivel es excelente y nada de lo dicho afecta el resultado de la trama.
El curso intensivo que Columbo recibe del experto dueño de la vinería paga cuando el detective impresiona con sus conocimientos [finge reconocer un vino que le ofrece Carsini, pero, en realidad, se trata de una deducción; sabe por eliminación que sólo puede ser pinoit noir o gamay]. Se debe aclarar que efectivamente hay dos variedades de uvas con los que se producen vinos tintos en Borgoña: Pinot Noir y Gamay. Pero la confusión es improbable dado que los mejores vinos producidos con el Gamay son los «Crus» de Beaujolais y que, por mejores que sean, no son del mismo rango que los grandes borgoñas tales como Domaine de la Romanée Conti o Richebourg.
¿Y que pasa con el elemento más importante de la historia ? El cambio de temperatura brusco y la exposición a 65 grados de vinos antiguos y supuestamente frágiles ?
Aunque parezca increíble es posible. Y también es relativamente sencillo discernir un vino que ha sufrido de altas temperaturas, sobre todo si uno la degustado en el pasado [como efectivamente era el caso, ya que Carsini decía conocer muy bien ese oporto]. Grandes vinos persisten en la memoria por años. Lo sorprendente es que el autor del crimen destruya todas sus valiosas botellas ante la posibilidad de que estén arruinadas [en la escena final arroja su colección por un acantilado y Colombo le sorprende]. Es mucho más probable que lo haga para evitar ser descubierto, pero al hacerlo, confiesa. Un digno final Columbo.
Por otra parte un conocedor del nivel que tiene el asesino, que gasta tanto para lograr la perfección como lo hace y todo lo demás, no tendría nunca una bodega privada que estuviese sujeta a variaciones térmicas tan importantes ni aún sin aire acondicionado. Es decir, sólo tendría que cavar un poco más profundo para aislar y así ni siquiera necesitar aire acondicionado (como la mayor parte de las bodegas privadas).
La lista de lo que está bien es muy extensa. Valga decir que el número de barricas que menciona Carsini es coherente [tan pequeño que sólo es concebible para un gran vino e insuficiente para ser rentable] así como el lenguaje utilizado. Pueden observar en una de las ilustraciones del post precedente como Carsini, conocedor, sostiene la copa correctamente, por el pie o el tallo, mientras que Columbo, en su ignorancia, lo hace por el balón, con lo que afectaría a la temperatura del vino. Quiero resaltar que el personaje principal y muchísimos detalles de la trama son perfectos reflejando la realidad del mundo del vino, de los coleccionistas y de los productores de calidad extrema. Yo conozco muchos Carsini, algunos que sacrifican ganancias para mantener calidad, otros que no aceptan nada sino es perfecto y que reconocen cualquier defecto en un gran vino y así. Supongo que algunos también matarían por lo suyo...
Para terminar yo también querría incluir un detalle para impresionar: una botella cuesta 5.000 dolares [3.700€] en el episodio [la botella que adquiere Carsini en la subasta de Nueva York]. Hoy, ese precio debería ser actualizado a algo así como 20.000 [15.000€]; pero ¿Cuánto costó la botella más cara de la historia?
Que yo sepa fue una botella de Château Lafite Rothschild del año 1776, el año de la declaración de independencia de los Estados Unidos de América. La botella tenia la firma de Thomas Jefferson en la etiqueta. Esto es porque Jefferson, primer embajador de EEUU en París y segundo presidente americano, fue un gran amador de grandes vinos. Durante su estada en Francia coleccionó los más grandes y tenía la costumbre de firmar sus botella en la etiqueta. Esta botella fue la ultima conocida y disponible a la venta. La botella fue vendida en una subasta en Londres y el precio de martillo, sin impuestos, comisiones y otros gastos fue de ¡105.000 libras esterlinas! [154.500€].
Más información en los comentarios, si alguien la solicita.
Atilio
Muchas gracias, Atilio, por tu perito comentario y por quedar abierto a las preguntas de los parroquianos.