Hoy vamos a examinar algunos arquetipos de un patrón argumental, frecuente en las narraciones de piratas, aunque no exclusivo de estas, en el que están implicados tres personajes; el «pirata sombrío», el «joven aventurero» y la «chica».
Hace algún tiempo
tratamos aspectos del tipo de personaje que llamamos «pirata sombrío», en particular sobre su tradición iconográfica, basada en el Basil Rathbone del
Capitan Blood —Existe también otra iconografía posible para este tipo, la «exótica», de aspecto más atlético y bronceado—. Por otro lado, se le puede considerar un caso particular de un tipo más amplio, el aventurero al que la experiencia le ha dado cierto cinismo y misantropía. Tratamos de este en relación con la película
The Searchers (en
este post) y
Porco Rosso (en
este otro, en particular en la tercera parte).
Arriba, Basil Rathbone como capitán Levasseur en Capitan Blood, 1935.
Las tradiciones de representación de los piratas hunden sus raíces en las ilustraciones del Romanticismo, pero si Rathbone fija el tipo de «pirata sombrío» en su variedad «elegante», las del pirata «exótico» no dejan de tomar elementos de aquellas, con influencia orientalista y mediterránea, vía «El corsario» de Byron, dando lugar a mayor variedad. Rasgos frecuentes son: bigotillo, piel bronceada, aro en la oreja y exhibición muscularTres representaciones de la variedad «exótica». Arriba, Douglas Fairbanks en El pirata negro (1926) abajo, Arturo de Córdova en Frenchman's Creek (1944) y Antonio Quinn como Roc Brasiliano en Against All Flags (1952). Hemos hecho referencia
recientemente al segundo tipo de personaje, al que hemos llamado «joven aventurero». En su formulación particular para las películas de piratas no lleva el flequillo al que aludíamos, sino que suele lucir cabello claro recogido en una coleta, frente al pirata sombrío que tiene el pelo oscuro: no es extraño que ese contraste se extienda a los ropajes. Para completar el código cabelludo de este tipo de narraciones, habría que señalar que los antagonistas de la marina oficial suelen llevar pelucas blancas con rulos, pero no siempre; ya tendremos ocasión de profundizar en ese ámbito.
En cuanto al argumento, mientras que, como es lógico, el pirata sombrío es presentado como alguien experimentado en el oficio, asistimos a la iniciación del joven. Un asunto que merece un análisis particular es el choque de la moral y las buenas costumbres con la presentación de un pirata como héroe. Sin duda trataremos de ello en el futuro; baste aquí señalar que —salvo que ejerza de ladronzuelo de poca monta («pícaro») desde el principio— la trama suele buscar una excusa válida para que el personaje tome tal ocupación; venganza, persecución injusta, plantearlo como única alternativa a la muerte, etc. A veces se trata de una puesta en escena y el aprendiz de pirata es, en realidad, un espía. Un segundo momento de su iniciación, una vez asumida la vida pirata, es la aceptación y (casi siempre) toma de un estatus importante en la tripulación. Las formas más habituales de conseguirlo son:
Una habilidad especial (ser navegante, cirujano o cocinero, por ejemplo, en un momento en el que ese puesto está vacante). Algún tipo de ordalía prueba su valía ante la tripulación o ante el capitán (un duelo, etc.). El personaje tiene en su poder el
macguffin (típicamente el mapa de un tesoro) o alguna información importante sobre el mismo.
Esta doble iniciación también se aplica a las historias de bandoleros, género hermano del piratil.
Seis avatares del clásico «joven aventurero». De izquierda a derecha, Errol Flynn en Against All Flags, era poco creíble, porque ya estaba mayor para el papel, aunque se puede decir en su favor que su bisoñez era fingida, puesto que interpreta a un espía que pretende infiltrarse entre lo piratas. Shaw (Matthew Modine) en La isla de las cabezas cortadas (1995) Guybrush Threepwood en Monkey Island 3 (1997) y Will Turner (Orlando Bloom) en Piratas del Caribe 1 (2003)Abajo, Nate (Michael O'Keefe) en Nate & Hayes (1983). Como en The Searchers y Star Wars, la destrucción de su hogar le lanza a la aventura. Por su parte, Rober Maynard (Keigh Andes) en El pirata Barbanegra (1952) también se apunta al espionaje Tampoco es extraño que el que hemos llamado aquí «joven» no lo sea tanto (por razones de edad del actor, por ejemplo) y tome desde el principio rasgos del «pirata sombrío», como el humor sarcástico, por ejemplo. En todo caso, los irá adquiriendo a medida que el personaje evoluciona.
A veces, al final de la trama —a menudo cuando hay promoción social del personaje— el aventurero cierra el círculo y vuelve a una vida ordenada: en otros parte en busca de nuevas aventuras.
Cuando ambos personajes confluyen en la misma narración, se pueden establecer diferentes tipos de relación entre ellos. Siempre hay cierto antagonismo en un principio, que va desde la broma campechana a la enemistad abierta: esta última posibilidad, si se prolonga, puede hacer competir al «sombrío» por la función de villano con el tipo «archipirata». Sin embargo, lo habitual es que su relación evolucione hasta la camaradería más fraterna; a medida que el bisoño deja de serlo, más se acerca al «sombrío», lo que podemos considerar otra etapa más en su evolución.
Arriba, dos ejemplos de makeover de dama a mujer pirata: la señora de St. Columb (Jane Fontaine) en Frenchman's Creek y Elizabeth Swann (Keira Knightley) en Piratas del Caribe. Abajo, el proceso inverso protagonizado por la capitán Providence (Jean Peters) en Anne of the Indies (1951) y por Polvorilla Stevens (Maureen O'Hara) en Against All Flags
Otros rasgos pueden aparecer en esta relación; un elemento maestro-discípulo o del joven como repetición o reflejo del experimentado a su edad, los ejemplos más profundos de este tipo de relación no los encontramos en el género de piratas, sino en el
western, donde ha dado joyas como
The Searchers o
Man Without a Star.
La adición del personaje de la chica implica la posibilidad del triángulo amoroso, que, cuando se da, lo hace en diferentes grados de ambigüedad.
El personaje de la chica abarca desde la damisela en peligro hasta la arrojada aventurera («mujer pirata») y, el caso más frecuente, la evolución de uno a otro. Esta evolución produce a menudo escenas de
makeover; cambios de vestido, de tocado, etc. en uno u otro sentido. En la chica, el choque entre lo políticamente correcto y el ansia de aventura es muy importante, ya que suele tener que elegir entre una vida o la otra.
Cuando se expresa explícitamente la competencia entre los dos piratas por la chica, esta se suele resolver en favor del más joven, integrándose en el argumento como la realización de una etapa más de su evolución, avatar del casamiento con la princesa en los cuentos de hadas. El pirata sombrío, que ya había superado hace mucho esa etapa, se lo suele tomar bastante bien.
Las descripciones históricas del capitán Teach Barbanegra están en la base de la bien establecida tradición iconográfica del «archipirata». Arriba a la izquierda Teach en una ilustración de Buccaneers and Pirates of Our Coasts (1898) seguido de Barbossa de Piratas del Caribe (Geoffrey Rush). El Barbanegra de la película homónima interpretado por Robert Newton y el Lechuck de Monkey Island 2, en una genial versión en escultura digital por Thomas Mahler (tomada de su página) Si en la novela sentimental (otro género emparentado) es frecuente la promoción social de la chica gracias al amor con un apuesto adinerado, aquí suele darse el patrón opuesto y es frecuente que la chica, en su variedad de damisela, tenga un estatus superior al del galán, al menos hasta que este medre por el valor de su brazo —lo que podría considerarse otra etapa en el crecimiento del personaje— y sea nombrado, por ejemplo, sir o gobernador de una isla.
La evolución social ha permitido cambios en este arquetipo, con personajes que desde un principio compaginan las facetas de damisela y aventurera: podríamos llamarlo tipo «Princesa Leia». Es muy interesante el personaje de Geena Davis en La isla de las cabezas cortadas, donde sintetiza el tipo de «mujer pirata» con el de «pirata sombrío», iniciando al «pícaro» tanto a la piratería como a su lecho con naturalidad. Un cambio muy importante es que el amor ya no es la motivación principal de la «chica».
Para terminar, detengámonos un momento en la posible confusión entre los tipos «archipirata» y «pirata sombrío». Esta se produce porque pueden compartir algunos rasgos y funciones, en concreto, la de villano. Iconográficamente, el «archipirata» se basa en Barbanegra: suele ser más macizo que el ágil «pirata sombrío», llevar barba y cabellos largos y espesos, casi siempre negros (a veces rojos) se toca con un sombrero grande y se viste con casaca, ajustada con anchos cinturones que ciñen pistolas. Veamos dos casos ambiguos: el capitán Levasseur, en Capitán Blood y el Barbanegra de Anne of the Indies:
Levasseur cumple la función de antagonista del héroe en su variedad de villano, como frecuentemente ocurre con el «archipirata»; en estos casos se propone una imagen del pirata más violenta e inmoral, menos idealizada que la del «joven» y del «sombrío» en su variedad de amigo. Tiene otra característica propia de este tipo; su interés por la chica, si lo hay, no es correspondido, sin lugar a ambigüedad, quedando excluido el triángulo amoroso. A pesar de esto, parece más juicioso incluirlo en el tipo «pirata sombrío», veamos porqué: en primer lugar, la iconografía; recordemos que le hemos hecho responsable de la definición del tipo en su personificación por Basil Rathbone. En segundo lugar, representa el reflejo oscuro de Blood, su «reverso tenebroso». Cuando Blood se deja llevar por el desamor y el alcohol, se desliza por una pendiente que le lleva casi a convertirse en otro Levasseur, su gemelo malvado, pero también su modelo en este sentido, contra el que reacciona a tiempo. Pese a que esa etapa se minimiza en la versión cinematográfica más popular de la novela de Sabatini (con Errol Flynn) se insinúa lo bastante como para que el espectador capte la naturaleza de «pirata sombrío» del personaje interpretado por Rathbone. La relación de simetría con el joven, tanto como adversario, tanto como amigo, es un rasgo fundamental del tipo. El «archipirata», por su parte, se caracteriza por una asimetría con el «joven»: tiene grandes medios a su disposición (una flota, algún tipo de poder especial, etc.) frente a los héroes, que cuentan con pocos medios a parte de su habilidad. Otro elemento de asimetría es el ya mencionado rechazo por parte de la chica. Podemos considerarlo el avatar pirata del villano tipo Darth Vader o Ming, emperador de Mongo.
¡Maureen O'Hara, una botella de ron y viento en las velas es cuanto necesito! En
Anne of the Indies (
La mujer pirata) se da el caso contrario: Barbanegra tiene todos los rasgos del «archipirata»: la iconografía, los medios de los que dispone frente al solitario héroe, la exclusión del triángulo amoroso —debido a su relación paterno-filial con la chica— su actitud violenta y despiadada, etc. Por otro lado, tiene un rasgo propio del «sombrío», es decir, un rasgo de simetría con el héroe: el barbudo es el polo que atrae a la chica a la vida aventurera, frente al aprendiz de pirata que trata de llevarla a la vida de damisela, un conflicto fundamental en el triángulo que estamos estudiando. Otro problema procede de la ambigüedad moral de la película: muchos espectadores simpatizan más con la sinceridad de Barbanegra y los suyos que con el joven, que es un espía y la seducción de la mujer pirata una maniobra calculada para sus fines.
La confluencia de rasgos propios de estos dos tipos se encuentra también en personajes de patrones argumentales muy diferentes dentro del género de piratas, como el de «niño entre piratas» (
La isla del tesoro,
High Wind in Jamaica,
Moonfleet, etc.). Se podría discutir si se trata de un caso ambiguo al estilo de los que acabamos de ver o si justifican la definición de un nuevo tipo.
En resumen: el «archipirata» se define por su asimetría respecto al «joven aventurero», mientras que el «pirata sombrío» lo hace por su simetría, la cual que puede expresarse a través de su relación con la «chica».
Esta síntesis pone en evidencia la relación del género con otros, como la
space opera, el
western y, en lo tocante a la elección vital y moral de la «chica», con la
novela sentimental; género al que podríamos adscribir una historia de piratas que se centrara en ese punto (como es el caso de
Frenchman's Creek) pero es infrecuente: hemos explicado todos los personajes en función del «joven aventurero» y de su evolución, de manera que si la acción se focaliza principalmente en él, podríamos considerar este patrón argumental como un caso particular de
bildungsroman. Sin embargo, a menudo no está claro que esa sea la línea de acción principal, sino que comparte protagonismo con la que se centra en otros personajes.