No tenia ni idea de que ese día existia. Sin embargo, ultimamente he empezado a sentir cierto desagrado y desconfianza por algunos sectores del escepticismo organizado, en especial por aquellos que caen en lo que se conoce como pseudoescepticismo. En esos casos, pareciera que se va realmente a "combatir" (en un sentido casi literal) a las pseudociencias, no a contrargumentarlas, analizarlas, exponerlas como lo que son. Las actitudes pseudoescepticas fomentan el desprecio por las ciencias legitimadas al espectador desinformado, pues en vez de usar la paciencia, la argumentación y la elocuencia, usan adjetivos que causan desprecio y generan un dialogo poco inteligente.
Respecto al "combate a las pseudociencias": veamos. Si un tipo monta un negocio en una ciudad y comienza a vender cristales de colores diciendo que curan el cáncer, ¿se lo combate con todas las herramientas disponibles (legales, mediáticas) o se limita uno a "contraargumentar"? Es obvio que los cristales no curan el cáncer, como es obvio que la homeopatía es recetar agua en frasquitos y que no estamos siendo visitados visiblemente por decenas de civilizaciones extraterrestres cada día. Las argumentaciones y análisis de estas cosas, como de la astrología, la numerología, las teorías conspirativas sobre el 11-S, ya están hechas y ya se han repetido hasta el hartazgo, pero sólo sirven con gente dispuesta a escuchar y pensar y ser honestos, cosa que los promotores de la pseudociencia por definición no son.
Perdón por el fárrago, pero es que no puedo creer que ridiculizar lo ridículo ahora sea una forma de extremismo.
Considero que la firmeza y la combatividad que la causa merece es compatible con cierto anásis y didactismo, ya que, como dice Atilio, «Si los católicos conociesen la doctrina como sus teólogos, la iglesia desaparecería en una generación.» Un agradable caso de firmeza y beligerancia lo encontramos en Pat Condell, cuyos discursos subtitulados nos ofrece regularmente Barullo en su blog. No obstante, el artículo que me enlazas, Real Folk, me ha dejado loco. Sigo asiduamente el blog de Gámez y es cierto que a veces me irrita: nunca deja un margen de prudencia al estilo de los científicos, incluso cuando habla sobre temas que no conoce bien. Por poner un ejemplo: cita la excelente página de Shora cuando habla de la homeopatía, pero, lamentablemente, no la consulta cuando se refiere a la vacuna contra el cáncer de útero. No obstante, nunca le he visto dislates de la talla que menciona el artículo, aunque el solo hecho de que personajes como César Vidal pertenezcan a esa asociación la hace muy sospechosa (para los que no lo conozcan digamos que tiene un doctorado por la universidad cristiana Logos, que, según su propia página web «fue concebida en un cuarto de intercesión, a través de una revelación donde Dios manifestó su propósito divino de establecer un centro de preparación para obreros del Evangelio».
8 comentarios:
Esa es buena, Evil XD
No tenia ni idea de que ese día existia. Sin embargo, ultimamente he empezado a sentir cierto desagrado y desconfianza por algunos sectores del escepticismo organizado, en especial por aquellos que caen en lo que se conoce como pseudoescepticismo. En esos casos, pareciera que se va realmente a "combatir" (en un sentido casi literal) a las pseudociencias, no a contrargumentarlas, analizarlas, exponerlas como lo que son. Las actitudes pseudoescepticas fomentan el desprecio por las ciencias legitimadas al espectador desinformado, pues en vez de usar la paciencia, la argumentación y la elocuencia, usan adjetivos que causan desprecio y generan un dialogo poco inteligente.
Saludos.
Psá, yo no me creo nada.
Muy bueno, Evil Preacher. Me uno a ti. Un saludo y Feliz Navidad!!
Respecto al "combate a las pseudociencias": veamos. Si un tipo monta un negocio en una ciudad y comienza a vender cristales de colores diciendo que curan el cáncer, ¿se lo combate con todas las herramientas disponibles (legales, mediáticas) o se limita uno a "contraargumentar"? Es obvio que los cristales no curan el cáncer, como es obvio que la homeopatía es recetar agua en frasquitos y que no estamos siendo visitados visiblemente por decenas de civilizaciones extraterrestres cada día. Las argumentaciones y análisis de estas cosas, como de la astrología, la numerología, las teorías conspirativas sobre el 11-S, ya están hechas y ya se han repetido hasta el hartazgo, pero sólo sirven con gente dispuesta a escuchar y pensar y ser honestos, cosa que los promotores de la pseudociencia por definición no son.
Perdón por el fárrago, pero es que no puedo creer que ridiculizar lo ridículo ahora sea una forma de extremismo.
Eso requiere por lo menos una segunda comprobación.
Jejeje.
Considero que la firmeza y la combatividad que la causa merece es compatible con cierto anásis y didactismo, ya que, como dice Atilio, «Si los católicos conociesen la doctrina como sus teólogos, la iglesia desaparecería en una generación.»
Un agradable caso de firmeza y beligerancia lo encontramos en Pat Condell, cuyos discursos subtitulados nos ofrece regularmente Barullo en su blog. No obstante, el artículo que me enlazas, Real Folk, me ha dejado loco. Sigo asiduamente el blog de Gámez y es cierto que a veces me irrita: nunca deja un margen de prudencia al estilo de los científicos, incluso cuando habla sobre temas que no conoce bien. Por poner un ejemplo: cita la excelente página de Shora cuando habla de la homeopatía, pero, lamentablemente, no la consulta cuando se refiere a la vacuna contra el cáncer de útero. No obstante, nunca le he visto dislates de la talla que menciona el artículo, aunque el solo hecho de que personajes como César Vidal pertenezcan a esa asociación la hace muy sospechosa (para los que no lo conozcan digamos que tiene un doctorado por la universidad cristiana Logos, que, según su propia página web «fue concebida en un cuarto de intercesión, a través de una revelación donde Dios manifestó su propósito divino de establecer un centro de preparación para obreros del Evangelio».
Por cierto, el blog de Barullo está en la siguiente URL:
http://cortitoyalpie.blogspot.com/
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