miércoles, 26 de septiembre de 2007

Porco Rosso

の豚 (Kurenai no Buta) es, sin duda, una de las obras mayores del único y genial Hayao Miyazaki y ha sido, por supuesto, comentada por muchos autores. Aquí visitaremos aspectos que otros ya han tratado y otros menos explorados:

Como es sabido, pretendía ser, originalmente, una adaptación del manga de Miyazaki Hikoutei Jidai (La era de los hidroaviones: pueden verlo completo en el Rincón de Montse Akane) para ser proyectada en los vuelos de la Japan Airlines. La trama se fue enriqueciendo con elementos sombríos, como la crisis del 29 y el auge del fascismo y con personajes como Gina; dando finalmente un producto más ambicioso. Porco Rosso, as de la aviación de la Primera Guerra Mundial, sobrevive como piloto caza recompensas durante el periodo de entreguerras y se ha convertido en el terror de los piratas del aire. Su verdadero nombre es Marco Pagot (homenaje a los hermanos Pagot, los dibujantes italianos de Calimero y colaboradores de Miyazaki en su Sherlock Holmes) nació en 1893 y por alguna razón (¿hacia el final de la guerra?) se transformó en cerdo. Pero pasemos a esos puntos que queremos tratar:

-Miyazaki heredero de John Ford.
-Pasión por los ingenios voladores.
-Cerdo y rojo; elementos libertarios y existenciales.

Gina y Fio, dos heroínas con el carisma del cine clásico

Miyazaki heredero de John Ford:
Se han identificado muchas influencias de autores occidentales en la obras de Miyazaki; Jonathan Swift, Ursula K. le Guin, Moebius, etc. pero pocas veces se ha señalado la de John Ford, especialmente notable en la película que nos ocupa:

Hace poco vimos aquí algunos elementos característicos del director americano; casi todos se podrían aplicar a esta película:
El protagonista es un desarraigado (como Ethan) que es prisionero de la aventura, identificada aquí con los aires, no con el desierto, si bien Ford también hizo películas de aviadores, como Escrito bajo el sol.

A pesar de que ambas pelirrojas (Gina y Fio) le aman, es incapaz de afrontar una relación con ninguna de ellas y prefiere irse volando. Porco no es el único con problemas para relacionarse con las mujeres, como podemos ver en el fragmento de la canción de Gina (y en otros momentos del metraje) los piratas del aire y Curtis son intimidados fácilmente por las ellas, como los héroes fordianos. A demás, si el cielo es el campo de juegos masculino, los espacios interiores están dominados por las mujeres; muy particularmente el Adriano, donde reina Gina, pero también el taller de Piccolo está dominado por una masiva presencia femenina que tan pronto te monta un avión como te prepara unos spaghetti. Las mujeres de Miyazaki, y las de esta película en particular, tienen la fuerza y el carácter de las mujeres de Ford.

Como en Ford, cada escena emotiva está cortada por un detalle humorístico; o alguien se da un trompazo o alguien se pone colorado y con cara de memo. Encontramos un ejemplo de esto último en el nostálgico flash-back en el que vemos a Marco de pequeño volando con Gina. Demasiado nostálgico: al final viene el gag, cuando Marco se ruboriza porque el viento ha dejado las enaguas de Gina al descubierto.

En aquel tiempo, la guerra y el sufrimiento no habían roto su inocencia
Por supuesto, la pelea a puñetazos entre Porco y Curtis es completamente propia de Ford; tanto en lo tocante a los protagonistas, como a la reacción de las mujeres y de toda la comunidad, que participa en cuerpo y alma del evento.

Esos son auténticos hombres... bueno, y un cerdo
Encontramos elementos fordianos en otras películas del autor (el pueblo, las mujeres y las peleas son muy fordianas en Laputa, por ejemplo) pero nunca de manera tan evidente y abundante como en Porco. En realidad, más allá de la suma de estos elementos, es una película muy fordiana.

Pasión por los ingenios voladores:

Los trabajos de Miyazaki están plagados de máquinas voladoras: de los cachivaches de Moriarty en Sherlock Holmes a los ornitópteros del Castillo en el cielo, pasando por los planeadores de Nausicaa. Él mismo ha atribuído este interés a sus lecturas infantiles de Jules Verne. También ha hablado de que lo que le motivó a crear a Porco fueron sus lecturas de Saint-Exupéry y su afición a los hidroaviones, por lo que, a diferencia de en otros de sus trabajos, los aviones en Porco Rosso son realistas:

El auténtico Savoia S. 21, a diferencia del de Porco, era un biplano. Imagen tomada de aquí

Muchos de los aviones que aparecen están cuidadosamente diseñados e inspirados en aviones de entonces: el de Curtis en el Curtiss R2C, el de Porco en el Savoia S. 21, aunque también se le ha relacionado con el Macchi M33.
El avión de Fio en la última escena se parece a un Caproni C22J.

El Curtiss R2C. Imagen tomada de aquí, donde pueden encotrar otros modelos Curtiss y decidir por ustedes mismos cuál se parece más al de la película

Muchos de los nombres de la película se inspiran en la aviación de la época:
El motor que Piccolo tiene en su taller, nos dicen que es un Folgore (nombre tomado de un bombardero italiano) pero vemos en él la palabra «Ghibli» grabada: el nombre del estudio era el sobrenombre de un bimotor italiano de la segunda guerra mundial, el Caproni Ca. 309.

Naturalmente, el nombre de Curtis viene de los aviones Curtiss, pero no sólo eso; se dice que el personaje ganó la Copa Schneider dos veces consecutivas; es casi cierto: dos ediciones consecutivas, la de 1923 y la de 1925 fueron ganadas realmente por hidroaviones Curtiss (por el Curtiss CR-3, pilotado por David Rittenhouse y el Curtiss R3C-2, pilotado por James Doolittle respectivamente; siendo las dos únicas ocasiones en las que pilotos estadounidenses se hicieron con el trofeo).

Dolittle con su Curtiss R3c-2. Imagen tomada de la Wikipedia

Cerdo y rojo; elementos libertarios y existenciales:
El color de su apodo no es casual, sino que tiene connotaciones políticas. La actitud y los comentarios del protagonista permiten pensar que es un anarquista individualista:
No se siente implicado en los asuntos de la guerra ni de la patria, no se une a la bendición de la mesa cuando come con la familia de Piccolo, sonríe irónicamente cuando se menciona a Dios y dice cosas como «Los cerdos no tienen país ni ley.» (minuto 16), «Prefiero ser un cerdo a ser un fascista.» (minunto 33), «¿Creer? No me gusta esa palabra, pero dicha por ti parece diferente.» (minuto 60, dirigiéndose a Fio).

El cielo, el mar y la soledad; así es la vida de Porco Rosso

A demás, como vimos con detenimiento en otra ocasión, la canción Le temps des cerises, que abre la película y es cantada por Gina poco más tarde, fue un canto revolucionario durante la Comuna de París.

Esta actitud izquierdista, pero egoísta, de Porco, podemos entenderla mejor gracias a estas declaraciones de Miyazaki (tomadas de Buta connection):

Para los japoneses el cerdo es un animal al que se le tiene cariño, pero al que no se respeta. Para mí, es un animal avaro, caprichoso e insociable… En términos budistas, tiene todos los defectos del ser humano: es egoista, hace todo lo que no hay que hacer, goza de su libertad. […] Esta película se dirige a un público amplio, pero también a hombres maduros que en su juventud soñaban con una vida pura, pero que, progresivamente, insensiblemente, se fueron transformando en «cerdos» a fuerza de trabajar como locos. A aquellos que, en nombre de grandes principios, luchaban contra el materialismo y el mercantilismo pero que ahora disfrutan de la sociedad hiperconsumista.

La orientación política de la película se ha interpretado como una referencia nostálgica a la juventud sindicalista de Miyazaki; podemos pensar que él mismo se incluye entre esos hombres, en principio idealistas y comprometidos, pero que se han dejado aburguesar por el éxito: se sentiría así identificado con el personaje y la realización de la película podría ser una forma de expiar su culpabilidad por haber traicionado sus ideales... pero dejemos las especulaciones y volvamos a la película:

La crisis primero y la guerra a continuación, llevaron a
las mujeres a fábricas y talleres.

Arriba a la derecha óleo de Laura Knigth. Abajo, fotografía de mujer soldadora procedente de los fondos de la
biblioteca de la Universidad de Berkeley.

Porco no sólo se siente desencantado de los hombres; también (como decíamos de Miyazaki) culpable. En su caso es la culpabilidad típica de los que han sobrevivido a grandes matanzas o catástrofes; siente que su heroismo no es nada comparado con los que sí dejaron la piel allí: pero él, finalmente, ha abandonado la lucha porque no se puede hacer nada. Lo explicita en este bello fragmento, inspirado en un pasaje de Roald Dahl:


La visión de Porco está tomada de un momento de
«
No llegarán a viejos», de Roald Dahl, uno de los diez relatos de aviadores recopilados en Over to You.

De manera que el caracter hosco y taciturno del cerdo procede de las heridas recibidas en la Primera Guerra Mundial. Si Ethan en The Searchers, como vimos, luchaba dolorosamente entre el mundo de la aventura y el del interior, Porco, aún más pesimista, parece haber tomado la decisión desde el principio; su aspecto porcino es un símbolo de esa renuncia definitiva al género humano.

Ser un cerdo le sirve de excusa para no comprometerse, tanto políticamente «lo lamento, pero eso son cosas de los hombres» (minuto 15) como sentimentalmente; es fácil decir a una mujer que una relación es imposible cuando se es un cerdo. Así, Porco se siente cómodo con su maldición, rechaza el rayo de optimismo en la juventud que representa Fio «Cuando te miro me doy cuenta de que en este mundo aún quedan buenas personas» (minuto 63) y que le hubiera podido reintegrar en el mundo de los humanos. Esa posibilidad de reintegración se materializa en el beso que le roba la muchacha y que, tal vez, haya roto el hechizo... pero incluso en ese caso es demasiado tarde para él y prefiere desaparecer. Así, en la última imagen de la película, después de los títulos de crédito, le vemos perderse en la lejanía en su avión rojo, como un cowboy solitario.



Fuentes: Para los datos referentes a aviones nos hemos servido, principalmente, de la Wikipedia, en Buta connection hay un análisis muy detallado e interesante de la película (en francés) si quieren más información sobre el manga original, la encontrán en Nuasicaa (en inglés).

14 comentarios:

Illuminatus dijo...

Porco Rosso es una de las películas de Miyazaki que no he visto y ya tardo.

Al leer el subtexto interpretativo sobre el valor político del protagonista la verdad es que me he llevado una sorpresa. No sabía de ese pasado de Miyazaki.
El hecho de que sea un autor que deja translucir ese componente personal tan marcado en su obra me hace preguntarme si una de las cosas que propulsa a un creador no es la obsesión personal.

Atilio dijo...

Otra excelente demostración de enciclopedismo impresionante. Felicitaciones Malvado.
He visto poco de Porco Rosso y casi todo gracias a ti.
Mas bien basado en tu post no pude evitar relacionar varios aspectos del personaje principal con el "Barón" Manfred Von Richthofen, el famoso "Barón Rojo" de la segunda guerra mundial. Ambos personajes son iconos románticos con imagen de no comprometerse en las cosas de los hombres comunes, antifascistas, pilotos de excepción y héroes, ambos llevan el mote "rojo" o "rosso", la misma época, los mismos tipos de aviones, la misma soledad (e incomprensión) y la muerte del Barón puede equipararse al abandono total de Porco.
Por supuesto que la versión de Von Richthofen sobre la cual me baso es la romántica que se proyecto en la época, sorprendentemente tal vez, con la colaboración de los franceses e ingleses que parecían realmente admirar al as del aire que los atormentaba. Los componentes ideológicos del pensamiento de la época coinciden con los de Ford: el héroe masculino atormentado por un secreto o circunstancia que lo hace justicia, su lucha contra el entorno y su gloria final.

Atilio dijo...

En la ultima frase, por favor, leer: "que no le hace justicia".

Montse Akane dijo...

Un post MUY CURRADO Y MUY COMPLETO ^_^ ¡Gracias por toda esa información que nos has facilitado de una de mis películas favoritas, que no sabía!.

Un beso.

Montse Akane dijo...

Gracias por los links, pero con uno me bastaba ^_^

Adoro ese libro, vienen mogollón de maquetas.

Evil Preacher dijo...

Completamente de acuerdo, Illuminatus, las obsesiones son una de las motivaciones, pero como bien sugieres, una entre otros ingredientes: las obsesiones son harto más frecuentes que los creadores de genio.

Atilio, por supuesto, la asociación entre los dos pilotos rojos es inmediata, si bien no había llegado tan lejos como tú en el análisis de sus similitudes, gracias.

Montse, encantado de haber aportado alguna curiosidad, sobre todo sabiendo que conoces tan bien esta película.
Lo de los dos links es porque quería ponerlo abajo, en las fuentes como actualización (para no hacer releer todo el artículo a los que ya lo hubieran hecho) pero también era lógico mandar al lector al manga cuando se habla de él :)

Evil Preacher dijo...

Por cierto, se va a estrenar próximamente una nueva película sobre el aviador rojo (el del triplano, no el del monoplano) había una del 71 dirigida por Roger Corman, nada menos, la nueva es alemana.

Anónimo dijo...

Gran trabajo Predicador. Siempre termina siendo reconfortante el ilustrativo el asistir a tus "e-homilías". Si Baudelaire u otros miles de poetas malditos hubieran conocido este soporte para publicar sus obras, hubieran seguido muriéndose de hambre y borracheras en París; pero los aburguesados realistas hubieran desaparecido a su debido tiempo. Celebro que esta calidad de contenidos sea res publica, y enhorabuena por ese estilo ameno y culto.

Evil Preacher dijo...

Gracias, Fran. Jeje, me ha encantado el término de "e-homilía". En cuanto al estilo, no hay una verdadera búsqueda de tal, sólo intento exponer los contenidos de la manera más inteligible y natural posible.

Sr. Forfy dijo...

Impresionante post, ví hace mucho (demasiado) Porco Rosso y va a ganar mucho un futuro visionado con todo lo que has puesto.

Saludos!

Evil Preacher dijo...

Bienvenido, Forfy. Encantado de haber aportado algo.
¡Saludos!

Evil Preacher dijo...

¡Y mil gracias por el link! Lo acabo de ver :D

Anónimo dijo...

Porco Rosso es una de mis peliculas favoritas, a pesar de que no soy muy aficionado a la animación japonesa. Encontre muy interesante tu artículo, saludos desde Chile.

Evil Preacher dijo...

Gracias, Daniel, un saludo.