ecordarán ustedes, estimados parroquianos, que este blog se inauguró con una categoría de detectives, desde entonces poco cultivada; volvemos a ella con una reflexión sobre el Gran Detective o, más exactamente, sobre sus adaptaciones cinematográficas y televisivas.
Resulta que una vez que un actor ha participado en una película de Sherlock Holmes entra a formar parte de una especie de club, de manera que es posible que le llamen para interpretar de nuevo el mismo u otro personaje en adaptaciones ulteriores. Veamos cómo:
El caso más notable es el del elegante y políglota Christopher Lee, que ha participado en algunas de las adaptaciones más interesantes: en primer lugar es el Sir Henry Baskerville en la versión de la Hammer dirigida por Terence Fisher en 1959; en el 62 participó en una producción alemana, El collar de la muerte, dando vida a un Sherlock con nariz postiza; interpreta también al hermano de éste, Mycroft Holmes, en La vida secreta de Sherlock Holmes, de Billy Wilder en 1970. Volvió a calzarse el gabán sherlockiano en producciones televisivas en varias ocasiones; Incidente en las cataratas Victoria y Sherlock Holmes y la prima donna¸ englobadas ambas bajo el título Los años dorados de Sherlok Holmes.
Cerrando el ciclo también presenta un documental sobre los Sherlocks de la pantalla y sus intérpretes The Many Faces of Sherlock Holmes en 1985 ¿Cerrando el ciclo? Tal vez aún no, ya que se rumorea que se prapara un nuevo Holmes con Lee como profesor Moriarty, con lo cual el actor habría interpretado un total de cuatro personajes diferentes, todo un record.
La célebre serie protagonizada por Basil Rathbone y Nigel Bruce como el detective y su amigo respectivamente y producida (en su mayor parte) por la Universal cuenta con muchos ejemplos de esta curiosa endogamia, favorecida por el sistema de estudios; enumeremos, sin ánimo de exhaustividad, algunos ejemplos:
Henry Daniell fue Sir Alfred Lloyd (un miembro del Comité Interno de Inteligencia, que se opone a Holmes) en La voz del terror, 1942; William Easter (un malvado espía) en Sherlock Holmes en Washington, 1943; para ascender nada menos que a profesor Moriarty en El caso de los dedos cortados, 1945.
George Zucco tras ser Moriarty en Sherlock Holmes contra Moriarty, 1939, interpreta a un malvado agente alemán en Sherlock Holmes en Washington.
Lionel Atwill fue también el profesor Moriarty en Sherlock Holmes y el arma secreta, 1943, cuatro años después de haber encarnado al dr. James Mortimer en la versión del Perro de los Baskervilles de la Century-Fox.
Sin embargo el caso más rocambolesco es el de los actores que han tenido la ocasión de interpretar tanto a Holmes como a Watson ¿Quién hubiera creído tal cruce de personajes posible?
Clive Brook interpretó en dos ocasiones a Holmes (entre ellas el primero sonoro, The return of Sherlock Holmes, 1929 a la que debemos el primer «Elemental, querido Watson» documentado de la historia. En el segundo Holmes de Brook Una aventura de Sherlock Holmes, 1932, contó con un Watson encarnado por Reginald Owen quien, al año siguiente, pasó a ser él mismo Holmes en Estudio en rojo. Esta película está lastrada porque el espectador no para de preguntarse cuál de los actores es Sherlock, ante el físico nada adecuado de Owen.
La mitad masculina de la pareja de espías de la serie Los vengadores, Patrick Macnee, fue el Watson de Roger Moore en Sherlock Holmes en Nueva York, 1976 y de Lee en Los años dorados; ascendió a Sherlock en The Hound of London, 1993.
El magnífico Jeremy Brett, el Holmes de las series de Granada, también tuvo ocasión de ser Watson, pero no en la pantalla, sino sobre las tablas; en la obra El crucifijo de sangre, de Paul Giovanni, con Charlton Heston como Holmes. Cuando esta pieza sufrió una lamentable adaptación televisiva en 1991, Heston se mantuvo en el papel, pero se buscaron otro Watson.
Con esto se hacen ustedes una idea, aunque el tema da para mucho más, podría justificar incluso una sección «Pero ¿quién es Holmes?» a imitación del genial «Pero ¿quién es Drácula?» de Hijo del celuloide. Por no hablar de las relaciones con otros detectives; piensen, por ejemplo, que los dos Watsons de Brett (Edward Hardwicke y David Burke) figuran en el reparto de la serie Poirot y otros actores se cruzan en Colombo o en la prescindible Se ha escrito un crimen.
Confío en haber sembrado aquí más curiosidad por Holmes que confusión.