Disfrutamos hoy de un nuevo paseo por uno de los mundos alternos más interesantes: 13-Akka. Un mundo lleno de fósiles vivientes, lo que le hace el lugar idóneo para ¿la investigación biológica? ¿El estudio de la ecología? ¡No! para la caza deportiva. De la caza, que podríamos denominar «más mayor».
116. –117. Tyranosaurios horridus.
Ya dijimos que el planeta 13-Akka estaba muy poco evolucionado, inhabitable todavía para hombres o androides, pero estos, no obstante, lo consideran un sitio ideal para la caza deportiva de animales tan peligrosos como los dinocerontes y dragones azules. Sorpresa ha sido para ellos encontrar allí un tyranosaurios, casi exactamente iguales a los que vivieron en la Tierra hace 1.500 millones de años ¿casualidad? ¿coincidencia evolutiva?
Capitular robada de aquí.
Ya dijimos que el planeta 13-Akka estaba muy poco evolucionado, inhabitable todavía para hombres o androides, pero estos, no obstante, lo consideran un sitio ideal para la caza deportiva de animales tan peligrosos como los dinocerontes y dragones azules. Sorpresa ha sido para ellos encontrar allí un tyranosaurios, casi exactamente iguales a los que vivieron en la Tierra hace 1.500 millones de años ¿casualidad? ¿coincidencia evolutiva?
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3 comentarios:
Me sorprende encontrar a un lejano pariente mio en 13-akka. Se me ocurre pensar que quizas fue el profesor Radycoff el que intentando montar su propio parque jurásico en un planeta inhospito y deshabitado en su mayor parte, consiguiera dar vida a algunos de mis semejantes. El mismo profesor Radycoff a punto estuvo de ser devorado por sus criaturas antes de huir, y así, los tyrannosaurios contaron con una segunda oportunidad evolutiva. Quizas en esta ocasión sean capaces de evitar la extinción.
¿No debería tener plumas?
Tu teoría, Tyrannosaurus, es, desde luego, mucho más verosímil que la simple casualidad. Radycoff se basaba en la información procedente de la Tierra (que seguramente data de los años 50 a juzgar por la moda de los planetas que imitan este planeta) lo que explicaría también la falta de plumas a la que alude Alejandro.
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