Dentro de la categoría de objetos no mencionados en el Canon, y sin embargo de persitente presencia en las recreaciones de las habitaciones del 221b de Baker Street, está el tablero de ajedrez. Esto ocurre porque tanto al detective como al jugador de ajedrez se les atribuye gran inteligencia y capacidad de análisis: la riqueza simbólica del ajedrez ha sido explotada a fondo en las artes narrativas, sin embargo, su papel más frecuente en el diseño de un personaje es simplemente informar al lector de que aquél es inteligente. Pero ¿cuál es el papel del ajedrez en el ciclo holmesiano? al contrario que Philip Marlowe, capaz de resolver el enigma de la esfinge, no vemos a Holmes acercarse a un tablero en todo el Canon. En realidad, sólo una aventura canónica se refiere al ajedrez, «El fabricante de colores retirado», en el que había sido el medio a través del cual el asesino y la víctima habían trabado su relación. Gracias a ello conocemos la opinión de Holmes sobre el particular; hablando del asesino, muy inteligente, pero de dudosa cordura, explica Holmes «Sobresalía en ajedrez, lo que es rasgo de una mente intrigante» (se le podría objetar que la víctima era un jugador de parecido nivel). Esto ha hecho pensar a muchos que Holmes no apreciaba este juego.
En el ámbito de los pastiches y de la literatura ajedrecística también se ha sacado partido de esta relación:
En el artículo «The Hoax of his Career», Thomas Hailey defiende que el genio ajedrecístico norteamericano Harry Nelson Pillsbury era, en realidad, Holmes bajo una falsa identidad, tal como nos informa Zsuzsa Polgár en su blog.
En su artículo «Chess and Sherlock Holmes», Edward Winter destaca, entre los muchos pastiches con asunto ajedrecístico, el relato «The Case of the Mental Detective» de William R. Hartston y el libro que ya ustedes conocen de Raymond Smullyan; Juegos y problemas de ajedrez para Sherlock Holmes. Si el presente post les ha gustado, no duden en leer el de Winter, que da gran cantidad de detalles y censa muchos artículos aparecidos tanto en revistas holmesianas como ajedrecísticas, incluso varias partidas, más o menos atribuídas al detective; abajo pueden ver una que le enfrenta a Moriarty.
Si The Simpsons-in-the-Strand nació con la intención de dar sus cartas de nobleza a la gastronomía británica, su vocación ajedrecística es evidente desde el portal. A la derecha, la «Inmortal», tomada de la Wikipedia
Podemos esforzarnos en encontrar una referencia indirecta: a Holmes y a Watson les gusta cenar en el Simpson's, donde se dan cita en «La aventura del cliente ilustre» y pretenden restaurarse al final de «La aventura del detective moribundo», en la que Sherlock había ayunado durante varios días. Este local no sólo es famoso por su cocina, sino también como club de ajedrez. Frecuentado por Staunton y escenario de la «Inmortal» jugada por Anderssen y Kieseritzky en 1851 y de la que quizá volvamos a hablar en el futuro (en 2019). Podemos, pues, especular que si nuestros amigos eran habituales de The Grand Divan, deberían haber entrado en contacto con este ambiente.
En todo caso existe, como decíamos al principio, una atracción entre los dos mundos; veamos cómo se ha explotado en cine y televisión, en literatura y ¡en ajedrez!:
Empecemos por citar algunos ejemplos fílmicos:
En la versión de la Hammer del Perro de los Baskerville vemos a Peter Cushing enfrascado en una posición mientras atiende a su cliente; la posición de las piezas no tiene mucho sentido, como se analiza en una entrada del imprescindible blog Artedrez; podemos pensar que el detective pretendía únicamente mostrar su falta de interés por la polvorienta leyenda que le estaban contando.
Como su gran amigo Cushing, Christopher Lee, en Los años dorados, también parece pensar en otra cosa en la partida contra Watson: vean.
El último episodio de Murder Rooms, Los oscuros comienzos de Sherlock Holmes, gira en torno a un enigma ajedrecístico.
En todo caso existe, como decíamos al principio, una atracción entre los dos mundos; veamos cómo se ha explotado en cine y televisión, en literatura y ¡en ajedrez!:
Empecemos por citar algunos ejemplos fílmicos:
Arriba vemos a Basil Rathbone en Sherlock Holmes desafía a la muerte (fuente), abajo a Jeremy Brett reflexionar frente una posición en el episodio «The Abbey Grange», detalle que no se menciona en el relato
En Sherlock Holmes desafía a la muerte éste explica un ritual, inspirado en el de los Musgrave, utilizando un juego de ajedrez; bueno, en realidad el hall de la mansión es un gran tablero (no había más que fijarse en las baldosas) y los versos que la familia debe repetir de generación en generación son la clave para orientarse en la partida.En la versión de la Hammer del Perro de los Baskerville vemos a Peter Cushing enfrascado en una posición mientras atiende a su cliente; la posición de las piezas no tiene mucho sentido, como se analiza en una entrada del imprescindible blog Artedrez; podemos pensar que el detective pretendía únicamente mostrar su falta de interés por la polvorienta leyenda que le estaban contando.
En Young Sherlock Holmes (en España El secreto de la pirámide) Watson y Elizabeth aparecen jugando, pero ella mira más a Holmes que al tablero
En Hands of a Murderer, el célebre diálogo del encuentro, de «El problema final», entre Holmes y Moriarty toma la forma de un desafío ajedrecístico, como pueden ver.Como su gran amigo Cushing, Christopher Lee, en Los años dorados, también parece pensar en otra cosa en la partida contra Watson: vean.
El último episodio de Murder Rooms, Los oscuros comienzos de Sherlock Holmes, gira en torno a un enigma ajedrecístico.
Existen numerosos juegos de piezas inspirados en los personajes del ciclo holmesiano, aquí vemos dos ejemplos (tomados de aquí y de aquí, respectivamente)
En el ámbito de los pastiches y de la literatura ajedrecística también se ha sacado partido de esta relación:
En el artículo «The Hoax of his Career», Thomas Hailey defiende que el genio ajedrecístico norteamericano Harry Nelson Pillsbury era, en realidad, Holmes bajo una falsa identidad, tal como nos informa Zsuzsa Polgár en su blog.
En su artículo «Chess and Sherlock Holmes», Edward Winter destaca, entre los muchos pastiches con asunto ajedrecístico, el relato «The Case of the Mental Detective» de William R. Hartston y el libro que ya ustedes conocen de Raymond Smullyan; Juegos y problemas de ajedrez para Sherlock Holmes. Si el presente post les ha gustado, no duden en leer el de Winter, que da gran cantidad de detalles y censa muchos artículos aparecidos tanto en revistas holmesianas como ajedrecísticas, incluso varias partidas, más o menos atribuídas al detective; abajo pueden ver una que le enfrenta a Moriarty.
Partida aparecida en el número de febrero de 1962 del Chess Review (páginas 45-47) por Fritz Leiber. Blancas, Mr. Sherlock Holmes, Negras, Profesor James Moriarty. Gambito de dama rehusado
A la izquierda, Harry Nelson Pillsbury ¿eran él y Holmes una misma persona? A la derecha Holmes investiga en la cabaña de «Black Peter» donde hay un damero, según la ilustración de Frederic Dorr Steele
Muy pronto aparecerá un nuevo post sobre Holmes y ajedrez, la respuesta al problema propuesto hace unos días extraído del libro de Smullyan ¡no se lo pierdan!
En el diagrama animado de la partida Holmes Moriarty, las piezas están basadas en una de las fuentes para ajedrez que ha diseñado Armando Hernández Marroquín: Chess Condal.
5 comentarios:
Impresionante entrada...
¿No aparece también un tablero en "La vida privada de Sherlock Holmes"? De todas formas, no estoy seguro.
¡Gran articulo! Me ha dado un par de ideas interesantes. Precisamente estoy preparando algo más sobre Holmes y el ajedrez.
Muchas gracias por la visita y los comentarios. Te incluyo en mi lista de favoritos.
Saludos.
Mariano.
Roski, muchas gracias. La verdad es que en est tipo de entrads, en particular las que versan sobre lo que Sherlock Holmes hace en sus adaptaciones y pastiches, se hacen desde la renuncia a la exhaustividad: a mi pesar, me es imposible revisar todas. Sin embargo me sonaba vagamente haber visto un tablero en las habitaciones de Baker St. en la película de Wilder, así que eché un vistazo infructuoso: fue un poco rápido ya que no consigo leer mi DVD y lo tuve que hacer en el ordenador de mi vecina; ya que a ti también te suena intentaré comprobarlo de nuevo con más tranquilidad a la próxima oportunidad.
Mil gracias Don Sandalio: que te haya gustado me llega doblemente viniendo de un especialista en ajedrez. Espero ansiosamente tus próximos artículos y, en particular, los que versen sobre Holmes. Yo, por mi parte, seguiré escribiendo sobre otros aspectos del personaje, dejando de lado los trebejos, aunque tal vez robe otro problema a Smullyan para la próxima edición de los pasatiempos veraniegos.
Bueno, siendo el personaje como es lo raro sería que no hubiera sido aficionado al ajedrez ¿no?
Lo cierto, Ginebra, es que Holmes dice en Estudio en escarlata, que sólo le interesa profundizar en los conocimientos y habilidades que puedan serle útiles en su oficio y el ajedrez, como observaron Poe y Unamuno, sólo sirve para jugar al ajedrez.
No obstante ese principio de economía holmesiana es contradicho por las acciones y decires del personaje en numerosas ocasiones a lo largo de sus aventuras. En todo caso está claro que Smulyan a encontrado la excusa ideal, haciéndole interesarse por el ajedrez retrospectivo, que sí que parece tener conexión con el detectivismo.
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