Debo pedir disculpas, estimados parroquianos. Estoy en Madrid todo el mes de febrero y liadísimo y, como ya habrán observado, me he visto obligado a descuidar el blog. Pueden contar, sin embargo, con la solución del Dóminus Dei el próximo domingo; les prometo al menos una nueva entrada a mediados de la semana que viene.
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