domingo, 31 de diciembre de 2006

Poltergeist

Permítanme hablarles hoy de este clásico de 1982:


¡Carol Anne ve hacia la luz !

Recordemos brevemente el argumento:

La familia media americana a la que todos quisiéramos pertenecer se instala en la urbanización en la que todos quisiéramos vivir; una nueva vida llena de esperanzas empieza. Sin embargo, fenómenos extraños comienzan a pertubarles. Las manifestaciones son cada vez más agresivas, llegando a secuestrar a la hija menor. La familia pide la ayuda de parapsicólogos profesionales y, más tarde, de una medium, Tangina Barrons, quien da con la causa del problema:

Los Freeling no pueden llevar su tranquila vida de burgués medio porque la empresa inmobiliaria sin escrúpulos ha construido su casa sobre un cementerio indio.

Podemos entender esta fábula como una metáfora de los Estados Unidos al completo. Un país de gentes sencillas y generosas que viven en urbanizaciones suburbanas vidas de burgués medio. Sin embargo todo el país está construído sobre un cementerio indio.

¿Cuál es la causa de la violencia en Estados Unidos? La pregunta que Michael Moore se hará veinte años más tarde en Bowling for Columbine tenga quizá aquí un esbozo de respuesta.

Podemos pensar que la culpabilidad reprimida por las faltas de ese país (el genocidio indio, una economía que floreció bajo la esclavitud primero y luego bajo la opresión de los negros, el sometimiento de la América hispana bajo sangrientas dictaduras, etc.) provoca la neurosis y la paranoia.


Quizá el camino de la salud pase por asumir sus culpas. Los alemanes continúan su duelo por genocidio judío; en Argentina responsables de la dictadura militar fueron llevados a juicio y condenados, Sudáfrica tuvo su Comisión de la verdad y la reconciliación e incluso el Partido Comunista hizo en la Unión Soviética de Gorbachov un mea culpa por los asesinatos y deportaciones Estalinianas ¿Irán los Estados Unidos un día, como Carol Anne, hacia la luz? ¿o permanecerán secuestrados por el negacionismo?

Mientras las malvadas inmobiliarias continúen construyendo sobre las tumbas de las víctimas el fantasma de la violencia continuará visitándonos.

miércoles, 27 de diciembre de 2006

Doraemon II: Freud Vs. Shizuka cosplay

Actualizado: Si Shizuka les cautiva y sus convicciones, sistema moral y edad (más de 18) les permiten ver estas cosas, la forma connotativa de todas las sugerencias alrededor de este personaje pueden verla en la nueva animeción de El blog rarito.

Me van ustedes a perdonar, pero un pequeño psicoanálisis de Doraemon es demasiado tentador como para resistirse:
Los niños protagonistas cuadran estupendamente en categorías freudianas:
Nobita: es un tipo detestable, pero el espectador se identifica irremediablemente con él, no se preocupen es lo normal (salvo algunos que se identifican con el gato, como demostró con fotos Crazy Japan en su día). Representa nuestro lado más regresivo; decíamos el otro día que sólo le interesa dormir, comer, jugar (con Shizuka o con juguetes) y estar a salvo. Comer y dormir se identifican con los intereses de la etapa oral freudiana, la más elemental, propia del lactante; las otras motivaciones son algo más evolucionadas.
Como los niños reales, Nobita es completamente egoísta y sólo ve el mundo en función de sus caprichos, cediendo al principio de placer frente al principio de realidad de manera sistemática: como hemos visto en el capítulo de «El pan de memorizar» es incapaz de dejar de comer aunque sabe que no debe hacerlo.
La narración se focaliza en este personaje y los otros niños se pueden interpretar como amenazas a éste universo egoísta o como objetos de deseo.
Takeshi (alias Gigante): Representa el instinto de supervivencia. Como matón del barrio es una amenaza constante a la tranquilidad e integridad de Nobita.
Suneo: Como niño rico del barrio representa los deseos ambiciosos. Cuando presume de un coche teledirigido, por ejemplo, Nobita va llorando a pedirle uno a Doraemon, incapaz de razonar que tiene un gato del futuro que es mejor.
Shizuka: Representa, por supuesto, los deseos eróticos. Se trata de un personaje mucho más complejo que los anteriores. Es el único personaje completamente positivo; es estudiosa y amable con todos, toca el violín y su pasatiempo favorito es tomar largos baños de agua caliente (recurrente a lo largo de la serie). Los rasgos de mujer responsable le dan cierto carácter maternal, ya que a menudo intenta que Nobita acepte el principio de realidad (aconsejándole que haga los deberes, por ejemplo) subrayados por los intentos de Nobita de entrar en el baño con algún invento prestado por el gato (la escena de la bañera es la escena erótica cumbre de la serie y representa, teniendo en cuenta el lado maternal de Shizuka, el deseo de Nobita de retorno al seno materno). Los planes de Nobita de jugar con ella se ven frustrados o bien por que ella hace los deberes o por su lección de violín. El violín y los deberes representan al padre edípico que roba la atención constante que requiere Nobita de parte de su amiga, acompañados ambos de los elementos fálicos del arco del violín y el lápiz, respectivamente.

Doraemon, por su parte, reune rasgos del fetiche y del objeto transicional (recordemos que el uso, incluso entre adultos, de objetos transicionales en forma de mascotas kawaii está muy arraigado en japón). Si su misión declarada es ayudar a Nobita sus esfuerzos son completamente contraproducentes, ya que es incapaz de no ceder finalmente a sus caprichos y solucionarle todos los problemas. Sin él Nobita sería incapaz de enfrentarse al mundo.
Este análisis de Nobita como incapaz de evolucionar, caracterizado por la inmovilidad (y de los demás personajes como proyección de ésta) ha sido asimilado por muchos espectadores, ya que aparece como base de las leyendas de fan sobre el fin de la serie más populares en la red: tanto en «la de las pilas», de la que hablaremos otro día, como en la que presenta a Nobita como un niño enfermo inmovilizado en un hospital y en la que toda la serie, como en el teatro subjetivo, sería una fantasía neurótica del pobre chaval. Doraemon, según esta versión, no sería más que un peluche, evidenciando su papel de objeto transicional.
Esta divagación nos ha llevado a lugares sombríos, pero, no se preocupen, toda esta estructura tiene un fin didáctico y es la fuente del placer que nos procura la serie, como veremos en el próximo envío sobre el Gato Cósmico. Entre tanto, y a modo de regalo de fin de año, les dejo con unas fotos de Shizuka en algunas de las ocasiones en que ha osado cambiar su vestuario habitual.
Bikini
Shirololi
Insecto
Meido

Artículos relacionados: naturalmente, todos los clasificados en la categoría Doraemon, pero este forma una unidad con Doraemon I y Doraemon III.

sábado, 23 de diciembre de 2006

Doraemon I: estructura

Aquí comienza una serie sobre el gato robot del s. xxii favorito de todos, porque ¿quién no ha querido tener un gato que le saque las castañas del fuego como lleva haciendo Doraemon a Nobita desde hace más de treinta años?

Por el momento he proyectado cuatro entradas para fechas próximas: «Doraemon y el formalismo», «Doraemon y el psicoanálisis», «Shizuka cosplay» y «¡Dame dorayaki!», pero no os preocupéis, que habrá más.

Esta vez nos limitaremos a establecer la estructura de un capítulo clásico del Gato cósmico, que era casi fija; más tarde, con el paso de los lustros, se fueron explotando otras posibilidades narrativas, pero en los análisis que vendrán me referiré a la estructura de capítulos como este:

El pan de memorizar:

He aquí el esquema de dicha estructura:

1.Conflicto: Las motivaciones de Nobita son limitadas: dormir o leer tebeos en lugar de hacer los deberes, comer, jugar con Shizuka, protegerse de las agresiones de Gigante o envidar un juguete de Suneo. En nuestro ejemplo el conflicto es que no quiere estudiar para un examen.

2.Dōgu: Nobita pide al gato un invento para solucionar el conflicto, éste accede tras algunas súplicas.

3.Prohibición: Nobita recibe instrucciones de cómo usar debidamente el dōgu.

4.Uso y abuso: todo va bien hasta que Nobita, llevado por sus bajos instintos, es incapaz de usar el chisme como debe ser. Aquí hemos visto que fracasa por glotón.

5. Crisis: la situación se vuelve insostenible.

6. Desenlace: vuelve el gato a arreglar las cosas.

Una de las variaciones de este esquema más común es que la transgresión no proceda de Nobita, sino de otro personaje, otra es que quede el final abierto, sin que sepamos cómo saldrán del atolladero.

El fenómeno de las series de esquema fijo es en sí fascinante y más común de lo que parece a primera vista: recordemos por ejemplo El equipo A, Se ha escrito un crimen, Vacaciones en el mar, Colombo o, según nos recordó Remo recientemente, House. Sin duda nos ocuparemos de esto en el futuro, pero por ahora conformémonos con el esquema de Doraemon, que será útil en dos de los próximos post sobre el Gato Cósmico.

Artículos relacionados: por supuesto, todos los clasificados en la categoría Doraemon, pero más directamente con Doraemon II y Doraemon III, en los que se utiliza la estructura aquí expuesta para analizar algunos aspectos de la serie desde el punto de vista del psicoanálisis y del formalismo ruso.

jueves, 21 de diciembre de 2006

Satán pierde por goleada

Acabo de descubrir esta página y he de compartirla con ustedes ¿Cuántas personas mata Satán en la Biblia? ¿y cuántas Dios? Digan, digan, así, a ojo.

Sapient lo calcula para nosotros y el resultado final es de 2.270.365 para Dios frente a 10 para Satán.

Se podría discutir que el resultado beneficia a Dios porque son sus partidarios quienes han escrito la Biblia, me gustaría ver la versión de los partidarios del Diablo, a ver qué cifras daban, porque como hayan seguido el mismo método que para algunas manifestaciones cualquiera se fía.

Otra objeción es lo tendencioso del artículo ya que no tiene en cuenta las dos personas que Jesús resucita en el Nuevo Testamento, de manera que, descontándolas, la cifra total se vería reducida a 2.270.363.

P.s: Entre los innumerables blogs ateos recomiendo hoy Razón atea.

Monk (1)

Hace una semana Shora Publicó un artículo sobre los obsesivos compulsivos que me dio ganas de hablar de Monk, la mejor serie de detectives desde Colombo. Para tomar conciencia de lo interesante que es el personaje hay que tener en cuenta dos principios:

1.Cada héroe tiene sus poderes o, como mínimo, habilidades particulares y en contrapartida sus debilidades: así Superman no soporta la kryptonita y Doraemon teme a los ratones y se pirra por los dorayaki.

2. Por otra parte toda la historia del whodunit puede interpretarse como un análisis de Sherlock Holmes: todo escritor de este tipo de tramas está obligado a plantearse en qué va a parecerse o diferenciarse su propio detective del de Baker Street.

Pero imaginemos por un momento a Holmes: un tipo capaz de darse cuenta de cualquier detalle, por insignificante que parezca; de una traza de ceniza de cigarro a las diferencias entre los barros de los distintos barrios de Londres ¿no podríamos pensar que se trataba en realidad de un obsesivo compulsivo ?

Lo brillante del análisis de Holmes al origen de Monk es que hace indisociables sus habilidades de sus debilidades; ambas son manifestaciones directas de su patología. Si ve los detalles que no encajan es porque le molestan terriblemente, si lucha contra el crimen es por poner orden en la jungla exterior que le aterroriza. Esto se explicita con la frase leitmotiv de la serie «Es un don… un don y una maldición».

Esta coherencia del personaje principal beneficia también a personajes secundarios como veremos próximamente en relación con Watson y Mycroft Holmes ¡no se lo pierdan!

Conclusión del artículo: Monk (y 2)

miércoles, 20 de diciembre de 2006

Bienvenidos


Comienza aquí la andadura del blog del Predicador Malvado. Felicidades; si están leyendo esto podrán decir un día «Yo leí al predicador malvado desde el principio». Como tratará de temas variados estos irán, como es costumbre, agrupados en secciones fijas o en categorías, lo que nos lleva a la cuestión siguiente ¿qué se podrá encontrar por aquí?

Conociéndome puedo ya anunciar que habrá críticas y comentarios sobre artes diversas (a veces de cine, literatura o historieta, pero sospecho que más frecuentemente del gran arte de nuestro tiempo: las series de televisión).

En otra sección «Entorno de red» llamaré la atención sobre hallazgos de otros blogueros o me permitiré divagaciones sobre alguna de sus entradas, cuando éstas (las divagaciones) sean demasiado extensas o se alejen demasiado del asunto como para ponerla directamente en los comentarios de la página original. Los blogs ajenos, a medida que vayan siendo mencionados, irán engrosando la lista de enlaces.

Menos frecuente será la sección «Cartas gálicas» donde comentaré curiosidades de la ciudad donde resido.

Otro tema recurrente será Dios: ateología militante de buena fe. Una sección dentro de este tema será una crónica televisiva; un amigo me ha prometido colaborar con una serie de post sobre God tv un canal que recibe por cable y que no tiene desperdicio, ya os daré más detalles.