Una nueva entrada con criaturas postapocalípticas de esta colección de 1980. De la misma manera que Mofus se identificaba claramente como una evolución carnívora del orangután, hoy vemos a Platman, sin duda un descendiente del Condylura cristata, o topo estrellado. Recuerda también a cierta criatura de Lovecraft. El año pasado Akela dedicó un post a las caretas de quiosko, lamentablemente no había entre los ejemplos ninguna de la serie de monstruos, algunas de las cuales tenían una relación tan evidente con la colección que nos ocupa que no podía ser casual. Tengo la esperanza de conservar algunos ejemplares en algún lugar, en caso de que sea así, las compartiré con ustedes. Una de ellas se parecía a Krano, que conocimos ayer, otra a Meganasus y otra a Calvurn.
226. Armato 228. Platman
248. Escopis 249. Meganasus
8 comentarios:
Algo de lo que no se ha nunca hablado es sobre los nombres de todas estas criaturas (y las de Otros Mundos).
Tienen a sonoridad latina, solemnes, estruendosa y amenazante. Siempre son bastantes kitsch y poco discretos.
Claro que cuando leemos "Condylura cristata" y "Platman" no parece tan así.
Juá, la carilla de majara que tiene el scopis.
Lo de Calvurn es puñetero. Es una ofensa a todos nosotros los calvos. ¡No somos tan feos!
Espero que esa hipercefalia le valga a Calvurn para presumir de C.I., porque otra utilidad no le veo, ni para los más modernos sombreros.
PD: Quedas invitado y retado a realizar un meme Evil:
http://akatsuko.blogspot.com/2009/04/el-meme-de-solondz.html
¡Exigo una satisfacción! (o por lo menos que si de verdad no te apetece, que pases del tema y no me guardes rencorcillo)
Lo cierto, Atilio, es que sí hemos comentado alguna vez alguno de esos nombres de aires latinos. Los de Otros mundos imitan en ocasiones los nombres científicos con palabras como "esculento" o "Licoesfenícico" que mezcla la palabra griega para "lobo" con el nombre científico del pingüino. Sospecho que los compiladores de la serie han inventado ellos mismos los nombres con criterios terrestres, al ser impronunciables los originales alienígenas por el aparato fonador humano. Las pretensiones latinas de Historia ficción son mucho más toscas, sin duda porque el apocalipsis químico ha destruido la herencia del saber clásico y científico.
La verdad, Ginebra, es que esos ojos están completamente alucinados; no es de extrañar, sabiendo que procede de una guerra química; debió sufrir los efectos de una bomba de ácido lisérgico.
Espero, Valentín,ahora más que nunca, encontrar su versión en careta: las proporciones se adaptan a este medio y parece más humano: quizá te reconcilies con el bueno de Calvurn.
¡Quién sabe! Quizá en el mundo postapocalíptico resulte un adonis y, como señala Tsuko, quizá ese cabezón albergue una potencia mental que supondrá una ventaja en tan rudas condiciones.
Me siento halagado por la invitación, Tsuko, muchas gracias, pero ya sabes que soy reacio a seguir memes. Por otro lado no aportaría gran cosa: estaría Cristal oscuro, que ya lo has incluido tú, El viaje de Chihiro y algunas otras obviedades.
El topo estrellado me parece un animal bastante ejemplar en su adaptación al nicho ecológico subterráneo, por muy extraña que resulte su anatomía nasotentacular.
Por otra parte, creo que en ese aspecto la naturaleza nos ganará siempre por la mano con un animal tan radicalmente peculiar como el Ornitorrinco, único mamífero que pone huevos y produce veneno.
A propósito, no recuerdo qué animal presentaba tal peculiaridad (e invito a cualquiera de los habituales a buscar y satisfacer la duda) pero existía cierto animal o taxón con la particularidad de que sus ojos estaban montados de forma que el nervio óptico llegaba a la cavidad del ojo por el punto de entrada de la luz.
No tengo ni idea de qué bicho será ese al que aludes, pero con una somera búsqueda sobre el particular uno se asombra de la gran variedad de ojos, perceptores de luz, etc. de innumerables niveles de complejidad que existen: me ha hecho recordar el irrisorio "argumento" de la complejidad irreductible, de la que el ojo es el ejemplo típico, que blanden los creacionistas.
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