andan los aficionados en efervescencia ante la realidad, varias décadas anhelada, de la adaptación cinematográfica de Watchmen. Aprovecharemos la circunstancia para hablar en el futuro de los comics de piratas, tal como aparecen en esta obra de Alan Moore, por ahora nos conformaremos con destacar una de las citas literarias que jalonan la serie:
Como toda obra que aspira a clásico y a inscribirse en una tradición, requiere referencias prestigiosas, por lo que encontramos a Percy B. Shelley, Nietzsche, William Blake y, del que nos ocuparemos en esta ocasión, Juvenal.
Uno de los conflictos que articulan la trama es la oposición de una parte de la sociedad y la política a los superheroes; autoasignados vigilantes de la justicia ¿cuál es su legitimidad? bandas urbanas llenan los muros de la frase «¿Quién vigila a los vigilantes?» o más bien, ya que incluso en la versión española se mantiene el texto en inglés al formar parte de los dibujos «Who watches the watchmen?» problema, en efecto, de todo sistema de seguridad e incluso político, al que la democracia pretende dar respuesta cediendo medios de control de los gobernantes al pueblo.
Sin embargo, el bueno de Juvenal no tenía en mente tan grave cuestión cuando compuso esa famosa frase «Quis custodiet ipsos custodes?» en realidad el verso 347 de su sátira VI. Veamos el contexto:
«Ni encerrando a la mujer bajo llave, vigilada por celadores, será fiel ¿Quién vigila a los vigilantes? Tienen interés en callar las locuras de una joven libertina; el crimen compartido se disimula. La pícara lo sabe bien: empezará con ellos.»
El verdadero asunto era pues el tópico de la infidelidad femenina, muy apartado del que trata el tebeo, si bien, conociendo a Rorschach, seguro que estaba de acuerdo con Juvenal en este punto.
No se pierdan próximamente «Los piratas de Alan Moore» y «Los romanos de la decadencia», sobre otra cita mal interpretada de Juvenal.
El grabado de Juvenal procede de Las crónicas de Nuremberg y está tomado de la página de la Universidad Beloit.
Malvados pandilleros dispuestos a dar a los superheroes lo que merecen. A la izquierda se ve en amarillo parte de la pintada
Uno de los conflictos que articulan la trama es la oposición de una parte de la sociedad y la política a los superheroes; autoasignados vigilantes de la justicia ¿cuál es su legitimidad? bandas urbanas llenan los muros de la frase «¿Quién vigila a los vigilantes?» o más bien, ya que incluso en la versión española se mantiene el texto en inglés al formar parte de los dibujos «Who watches the watchmen?» problema, en efecto, de todo sistema de seguridad e incluso político, al que la democracia pretende dar respuesta cediendo medios de control de los gobernantes al pueblo.
Sin embargo, el bueno de Juvenal no tenía en mente tan grave cuestión cuando compuso esa famosa frase «Quis custodiet ipsos custodes?» en realidad el verso 347 de su sátira VI. Veamos el contexto:
«Ni encerrando a la mujer bajo llave, vigilada por celadores, será fiel ¿Quién vigila a los vigilantes? Tienen interés en callar las locuras de una joven libertina; el crimen compartido se disimula. La pícara lo sabe bien: empezará con ellos.»
El verdadero asunto era pues el tópico de la infidelidad femenina, muy apartado del que trata el tebeo, si bien, conociendo a Rorschach, seguro que estaba de acuerdo con Juvenal en este punto.
No se pierdan próximamente «Los piratas de Alan Moore» y «Los romanos de la decadencia», sobre otra cita mal interpretada de Juvenal.
El grabado de Juvenal procede de Las crónicas de Nuremberg y está tomado de la página de la Universidad Beloit.
6 comentarios:
En el tema de los piratas le solicito aclaraciones sobre el origen de lo de caminar por la plancha, que, si no recuerdo mal, es ficticio y por lo tanto invención. Pero no caigo ahora de quién.
Me encantaría investigar qué pirata de ficción usa por primera vez este recurso y a través de que obras se fue transmitiendo hasta convertirse en tópico, pero, efectivamente, no era lago usual en los piratas reales: sin embargo, no se trata de una invención:
Gosse nos informa de que Stede Bonnet (un burgués de Barbados que se metió, ya mayor, a la piratería para huir de su insoportable esposa) es, "prácticamente, el único caso conocido, fuera de la literatura de ficción, de un pirata que hiciera caminar a sus prisioneros sobre la plancha".
¡Bravo por vuestro post sobre Juvenal, Salve, Predicador!
¡Vaya!, acaba de desmontar una de mis creencias. No obstante, me regocija saber que tal forma de entretenimiento tiene un fundamento real (y el pasado al que alude del señor Bonnet explica ese cierto sadismo resentido...
Si, en su momento no fueron pocos los que sintieron cierta lástima por ahorcarle.
Otro sádico viejo conocido de este blog que usa ese procedimiento es Jabba el Hut (un elemento, de los muchos que hay, de película de piratas en Star Wars).
Gracias por los ánimos, Ärias, mañana mismo (en realidad, en poco más de 12 horas) aparecerá otro post basado en unos versos de Juvenal.
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