Rápidamente identificados por las parroquianas Montse y Mariana respectivamente, he aquí los cuadros completos de los que estaban tomados los fragmentos del pasatiempo 2.
Pronto publicaremos la solución al criptograma y un nuevo enigma de diferente ralea.
La esfinge de la capitular procede del cuadro de Gustave Moreau.
7 comentarios:
¿Donde tengo que recoger mi premio? Jejeje ^_^
Cuando quieras te pasas por aquí y te invito a unas cañas :)
Pasatiempo estival del menda: aprender a jugar al Mah Jong.
Ay, madre, que no he dado una.
Loable propósito, Illuminatus. Yo aprendí hace algunos años en Filipinas: tengo tías allí que son adictas. A penas he jugado desde entonces, ahora podría retomarlo ya que tengo algunos conocidos de Chengdu, la capital mundial de ese juego, y hemos quedado en jugar algún día. No es muy diferente del gin-rummy, el chinchón, el continental y otros de esa familia.
No te preocupes, Ginebra, hay otros que vienen y tendrás nuevas oportunidades.
La puñeta del MahJong es practicar y aprender el tanteo para luego poder realizar una adecuada valoración de la relación riesgo/beneficio en intentar jugar una mano más difícil que otra. Aparte, hay diferentes reglas (Chino clásico, Taiwanés, Hong Kong, Japonés...) De momento sigo la guía de De La Rue& Co. y me apaño pero tengo que darle caña (espero no llegar a convertirme en uno de esos que convierten los puntos en euros, que es un juego que se presta mucho a las apuestas, pero si en alguien que pudiera medirse como tal).
Es cierto que hay variantes en las reglas; sospecho que la variante filipina está algo simplificada: en cada lugar cuentan los puntos de manera diferente: sólo en Filipinas identifiqué 3 maneras diferentes, con lo cual, mis tías (que viven en lugares distintos) acaban peleándose cada vez que juegan en reuniones familiares: todas piensan que su manera es la buena.
Ellas juegan traduciendo los puntos a dinero; son pequeñas cantidades y, en general, lo que se pierde en una mano se gana en otra pero, por otra parte, eso lo hace muy adictivo, porque siempre se tiene la sensación de poder ganar un poco más o de rehacerse.
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