jueves, 29 de marzo de 2007

Un hongo de Yuggoth en mi sopa

ace dos semanas se cumplió el 70º aniversario de la muerte de H.P. Lovecraft. Como merece la ocasión, muchos blogs le han rendido homenaje, en particular La Petite Claudine y, entre las lecturas recomendadas en los links de ésta página, el Blog ausente y Maelmöri.

Esperamos tener en el futuro ocasión aquí de tratar sus defectos, que son muchos. Si embargo es la hora de los homenajes, de modo que recordemos más bien los buenos ratos que nos ha hecho pasar:

Algo muy interesante en su obra es la creación de un universo coherente. Diferentes relatos (e incluso poemas) sin continuidad argumental entre sí se desarrollan en el mismo mundo ficcional, en el que operan las mismas mitologías. Esta experiencia la encontramos en escritores muy posteriores como en el argentino Juan José Saer y, por supuesto, en los universos DC y Marvel. Esto resulta apasionante desde el punto de vista narratológico y, por otra parte, marca una estética, de manera que el lector asiduo se hace una idea de qué es lo lovecraftiano. Su estilo, más denotativo que sugerente, a menudo no llega a crear una atmósfera, pero sí explicita claramente cómo le hubiera gustado que fuera esa atmósfera.

Partiendo de esta idea, quisiera compartir con ustedes algunos documentos que rondaban estos días por la red y que –aquí entramos en un ámbito muy subjetivo– tienen cierto sabor lovecraftiano, a veces lejano, pero tengan en cuenta que, en principio, no tienen nada que ver con el autor de Providence:

Las fotografías microscópicas, de ácaros en particular, siempre me han recordado a los Mi-go, la de la letra capitular procede de aquí.

Los cerdos fluorescentes, creados recientemente en Taiwan según la BBC, recuerdan a los seres porcinos de La casa en el confín de la tierra del gran William Hope Hodgson, pero el hecho de que tengan material genético de medusas las acerca a Howard Phillips.

Unos científicos de Pekín protestan diciendo que ellos ya lo habían hecho (foto inferior) «Los nuestros son más verdes» han declarado los taiwaneses.

Los seres abisales siempre han tenido pinta de estar ahí antes que nosotros y de susurrar en la oscuridad (vídeo procedente de Pink Tentacle). Los movimientos silenciosos y pausados y el fondo oscuro prestan mucho de onírico al mundo submarino, sublimado en este vídeo por los comentarios en japonés.


Pero el documento más turbador (tutubeado originalmente por Elel10) es el que sigue:

Convendrán ustedes conmigo en que se trata de un ser inconcebible en cuartos de baño humanos.

domingo, 25 de marzo de 2007

Dominus Dei y XI

üng, teólogo católico, es muy crítico con la postura vaticana ante los preservativos, pero la posición oficial no variará hasta que los obispos acepten que nadie les hace caso o se agoten sus medios de presión. Esa parece ser la forma de evolución del pensamiento de la Iglesia en todos los campos:

A ver si se creen las mujeres que, después de haber tentado a Adán con la manzana se van a ir de rositas y evitar la maldición Bíblica «En gran manera multiplicaré tu dolor en el parto, con dolor darás a luz los hijos; y con todo, tu deseo será para tu marido, y él tendrá dominio sobre ti.» (Génesis 3, 16) así que de epidural nada.

Ya mencionamos que si Dios quiere fulminar a alguien con sus rayos ¿quién es Franklin para impedírselo? Aunque hemos encontrado una página en la que se defiende muy bien a la Iglesia, intentando quitar hierro al asunto.

En cuanto a las células pluripotenciales, tronco, tallo o madre (denominación más usada, porque a una madre se la respeta) ya saben ustedes la postura del Vaticano, que coincide, por cierto, con la de G. W. Bush., las otorgan dignidad humana, como a los cadáveres a cuya disección se oponían en su momento.

Aquí les dejo, estimados parroquianos, con el último desafío Dominus Dei:



¿Contra cuál de estas conquistas sociales no se ha enfrentado la iglesia?
La escuela pública
La república
Abolición de la esclavitud de los indios en América
La abolición de la pena de muerte
El divorcio
Se enfrentó a todas las mencionadas
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Respuesta

viernes, 23 de marzo de 2007

Un caso de identidad

ecordarán ustedes, estimados parroquianos, que este blog se inauguró con una categoría de detectives, desde entonces poco cultivada; volvemos a ella con una reflexión sobre el Gran Detective o, más exactamente, sobre sus adaptaciones cinematográficas y televisivas.

Resulta que una vez que un actor ha participado en una película de Sherlock Holmes entra a formar parte de una especie de club, de manera que es posible que le llamen para interpretar de nuevo el mismo u otro personaje en adaptaciones ulteriores. Veamos cómo:

El caso más notable es el del elegante y políglota Christopher Lee, que ha participado en algunas de las adaptaciones más interesantes: en primer lugar es el Sir Henry Baskerville en la versión de la Hammer dirigida por Terence Fisher en 1959; en el 62 participó en una producción alemana, El collar de la muerte, dando vida a un Sherlock con nariz postiza; interpreta también al hermano de éste, Mycroft Holmes, en La vida secreta de Sherlock Holmes, de Billy Wilder en 1970. Volvió a calzarse el gabán sherlockiano en producciones televisivas en varias ocasiones; Incidente en las cataratas Victoria y Sherlock Holmes y la prima donna¸ englobadas ambas bajo el título Los años dorados de Sherlok Holmes.

Cerrando el ciclo también presenta un documental sobre los Sherlocks de la pantalla y sus intérpretes The Many Faces of Sherlock Holmes en 1985 ¿Cerrando el ciclo? Tal vez aún no, ya que se rumorea que se prapara un nuevo Holmes con Lee como profesor Moriarty, con lo cual el actor habría interpretado un total de cuatro personajes diferentes, todo un record.











La célebre serie protagonizada por Basil Rathbone y Nigel Bruce como el detective y su amigo respectivamente y producida (en su mayor parte) por la Universal cuenta con muchos ejemplos de esta curiosa endogamia, favorecida por el sistema de estudios; enumeremos, sin ánimo de exhaustividad, algunos ejemplos:

Henry Daniell fue Sir Alfred Lloyd (un miembro del Comité Interno de Inteligencia, que se opone a Holmes) en La voz del terror, 1942; William Easter (un malvado espía) en Sherlock Holmes en Washington, 1943; para ascender nada menos que a profesor Moriarty en El caso de los dedos cortados, 1945.

George Zucco tras ser Moriarty en Sherlock Holmes contra Moriarty, 1939, interpreta a un malvado agente alemán en Sherlock Holmes en Washington.

Lionel Atwill fue también el profesor Moriarty en Sherlock Holmes y el arma secreta, 1943, cuatro años después de haber encarnado al dr. James Mortimer en la versión del Perro de los Baskervilles de la Century-Fox.

Sin embargo el caso más rocambolesco es el de los actores que han tenido la ocasión de interpretar tanto a Holmes como a Watson ¿Quién hubiera creído tal cruce de personajes posible?

Clive Brook interpretó en dos ocasiones a Holmes (entre ellas el primero sonoro, The return of Sherlock Holmes, 1929 a la que debemos el primer «Elemental, querido Watson» documentado de la historia. En el segundo Holmes de Brook Una aventura de Sherlock Holmes, 1932, contó con un Watson encarnado por Reginald Owen quien, al año siguiente, pasó a ser él mismo Holmes en Estudio en rojo. Esta película está lastrada porque el espectador no para de preguntarse cuál de los actores es Sherlock, ante el físico nada adecuado de Owen.

La mitad masculina de la pareja de espías de la serie Los vengadores, Patrick Macnee, fue el Watson de Roger Moore en Sherlock Holmes en Nueva York, 1976 y de Lee en Los años dorados; ascendió a Sherlock en The Hound of London, 1993.

El magnífico Jeremy Brett, el Holmes de las series de Granada, también tuvo ocasión de ser Watson, pero no en la pantalla, sino sobre las tablas; en la obra El crucifijo de sangre, de Paul Giovanni, con Charlton Heston como Holmes. Cuando esta pieza sufrió una lamentable adaptación televisiva en 1991, Heston se mantuvo en el papel, pero se buscaron otro Watson.

Con esto se hacen ustedes una idea, aunque el tema da para mucho más, podría justificar incluso una sección «Pero ¿quién es Holmes?» a imitación del genial «Pero ¿quién es Drácula?» de Hijo del celuloide. Por no hablar de las relaciones con otros detectives; piensen, por ejemplo, que los dos Watsons de Brett (Edward Hardwicke y David Burke) figuran en el reparto de la serie Poirot y otros actores se cruzan en Colombo o en la prescindible Se ha escrito un crimen.

Confío en haber sembrado aquí más curiosidad por Holmes que confusión.

domingo, 18 de marzo de 2007

Dominus Dei X

10, estimados parroquianos, hemos completado este número redondo (o más bien cuadrado en cifras romanas) y todavía seguiremos al menos, una semana más antes de cerrar la sección, pero pasemos al tema que nos reune hoy aquí:

De manera contemporánea a la aparición de textos escritos apareció la manipulación de éstos. La manipulación más radical, que pretende extirpar parcelas enteras de la realidad, es la destrucción pura y simple, en general por cremación (desde que los textos se consignan en material inflamable). Famoso es el caso del primer emperador Shih Huang Ti, que quiso que el tiempo empezara con él, aislando China del exterior con la Gran Muralla y del pasado, con la quema de todos los libros de historia; pero la época más activa fue, con mucho, la de los siglos de imposición del cristianismo, cuyos seguidores se legitiman para ello en Hechos 19, 19, cuando a instancias de Pablo se queman los libros de magia de Éfeso.

Entonces existían numerosas sectas cristianas que se acusaban de herejía entre ellas en una lucha de poder sin piedad (muchos de los santos conocidos hoy como mártires fueron víctimas de esta «guerra de bandas») hasta que algunas las más importantes acabaron unificándose (la historia de estos pactos y de las concesiones que se iban haciéndose puede seguirse en las resoluciones de los distintos concilios así como en la teología de la época) y constituyendo una auténtica legalidad paralela a la imperial, hasta el punto de que el emperador Constantino I se vio obligado a asociarse a ellos. Desde que contó con el apoyo imperial de manera oficial, la persecución del saber clásico (y de las otras sectas cristianas que quedaban) se intensificó hasta el delirio: Constantino censó 28 bibliotecas en Roma, Amiano se lamenta algunos años después (378) de que «Las bibliotecas son como tumbas, siempre cerradas»; en 529 Justiniano decretó que los libros anticristianos debían ser quemados ; más edictos mandando quemar bibliotecas y templos paganos se suceden desde Constancio; Heyne anota en Zósimo que bajo Joviano:

A demás de los montones de manuscritos destruidos públicamente en el Este [del Imperio] hombres de letras quemaron sus propias bibliotecas para evitar que algún volumen pudiera exponerles a la malicia de los delatores y al rigor de la pena prevista por la ley. [se equiparaba al delito de traición y de lesa majestad por la Lex maiestas].

En este ambiente general de paranoia y delación se sitúan la mayor parte de las opciones de la última encuesta:

Joviano ordena quemar la biblioteca de Antioquía en el 364.




La gran Biblioteca de Alejandría, la Biblioteca del Museo, sufrió varios incendios; el primero, menos importante, fue un daño colateral de una batalla de Julio Cesar contra las tropas egipcias en el 48 antes de la Era Común. El emperador Diocleciano (todavía pagano) ése sí que hizo una buena purga en el s. III de la Era Común, preocupado por si había hechicerías en los libros. Parece ser que lo que quedaba fue destruido (de nuevo como daño colateral) cuando Aureliano, a finales de ese mismo siglo, tomó la ciudad para reprimir una revuelta. En todo caso, no podemos culpar de esto a los cristianos. Las leyendas que atribuyen su destrucción definitiva a los musulmanes no tienen fundamento, ya que para cuando ellos llegaron no quedaba nada de la biblioteca: pero una importante biblioteca quedaba allá en el 391, conocida como la biblioteca del Serapeo, por estar en este templo, que fue destruido aquel año por (esta vez sí) una horda de cristianos azuzados por el patriarca Teófilo de Alejandría, que los encabezaba, hacha en mano. Es decir, la Gran Biblioteca del Museo no fue quemada por los cristianos, pero estos dieron el golpe de gracia a las bibliotecas de la ciudad.

En cuanto a las bibliotecas Palatina y del Capitolio, he de pedirles disculpas, porque si bien hemos encontrado un lugar que atribuye su desaparición al papa san Gregorio Magno, no es una página de mucha credibilidad y no hemos conseguido confirmar esa información en otras fuentes (mientras que algunas de las otras informaciones que ofrece hemos verificado que son erróneas). En todo caso la biblioteca Palatina sufrió varios incendios en tiempos paganos y sería sorprendente que quedara algo en época del papa Gregorio.

Como saben, el índice de libros prohibidos existió hasta 1966: dados los modernos sistemas de difusión de la información la destrucción física parece absurda; sin embargo, el entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Joseph Ratzinger y hoy papa, recomendó destruir Mujeres en el altar, de Lavinia Byrne, que defiende el sacerdocio femenino en la Iglesia Romana, y así lo hicieron algunos; al menos en Collegeville, Minesota, a instancias de las autoridades eclesiásticas locales, destruyeron 1300 copias en 1998 (es la noticia más reciente de este tipo de actividades que hemos encontrado).

Un interesante sitio cristiano defendiendo la pertinencia de la destrucción de libros, incluso en la actualidad, pueden verlo aquí.

He aquí una nueva pregunta:


¿Contra cuál de estos hallazgos técnicos no se ha opuesto la Iglesia?
El pararrayos
La anestesia epidural para parturientas
La disección de cadáveres como método de investigación
Terapias basadas en la investigación de células tronco
La píldora anticonceptiva
Se enfrentó a todos los mencionados
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martes, 13 de marzo de 2007

Más allá del padre Jony

ony, el cura rockero, ese gran hombre, no tendrá cabida en este post, pero sí algunos de sus congéneres. El parroquiano y comentarista de esta página, Atilio, me ha enviado un documento con las peores portadas de disco de la historia (gracias) sobre el cual hemos hecho aquí una selección de aquellas que tocan el asunto religioso ¿cuál es su favorita, el cura karateka o la organista manca?




Un par de ejemplos campestres.


Satán existe y The Louvin Brothers parecen encantados con la noticia.

Está llena de la Gracia del Señor

De mayor quiero ser como él

Tweedledum y Tweedledee se han unido a la cruzada

¿Hola? ¿Es el enemigo?

Qué nos pillen confesados.

sábado, 10 de marzo de 2007

Dominus Dei IX

ncreíble, estimados parroquianos, he encontrado una página de un cristiano que afirma que la Iglesia nunca ha condenado la esfericidad de la tierra, según él es una invención de los ateos del siglo XIX. Según dice se basa en una obra de un historiador americano, Jeffrey B. Russell, y tiene la desfachatez de afirmar que «Los Santos Padres, como Basilio y Agustín, que escribieron comentarios sobre el Génesis en los siglos IV y V, no dieron importancia a este problema, aunque demuestran conocer la esfericidad de la Tierra». No conozco los textos de Basilio sobre el particular, pero Agustín de Hipona conocía efectivamente las teorías clásicas sobre la esfericidad de la tierra, así como los testimonios de los marineros que la habían experimentado; por ejemplo, observando que los faros surgen de la linea de horizonte empezando por su cúspide, y las rebate. Afirma claramente que la tierra es plana y atribuye el fenómeno observado por los marineros a la curvatura de la superficie del mar, que compara con la que forma el agua en un recipiente demasiado lleno (fenómeno que explicamos hoy por la tensión superficial). De manera que milita por una tierra plana claramente y añade que los que piensan de otra manera se equivocan, quizá por desconocer el fenómeno de la curvatura de la superficie del agua. Insiste en otras ocasiones, como en su Ciudad de Dios, libro XVI, capítulo IX, cuando niega la existencia de los antípodas. Al menos admite este cristiano la existencia de Cosmas que, inscribiéndose en la tradición agustiniana, escribe las bases teologícas de la teoría de la tierra plana, acompañándola de bonitos dibujos explicativos (al lado aparece una esquematización para mayor claridad, lamento no recordar de que sitio de Internet lo saqué):













Si las anteriores eran un especie de vista isométrica, que evidencia la similitud de la estructura del universo con la del tabernáculo hebreo, como quería demostrar Cosmas, aquí tienen lo que sería la planta de lo mismo:
















¿No es maravilloso?
En cuanto a las otras opciones, la de los otros mundos no se refería, como ha señalado Manusaurio en un comentario, a mundos sobrenaturales, sino a que las estrellas son soles con otros planetas que giran a su alrededor como la tierra alrededor del suyo, loca teoría mantenida por Giordano Bruno, y ya saben cómo acabó. Sobre el heliocentrismo sólo recordar el proceso de Galileo y que la obra de Copérnico fue incluida en el Índice de Libros Prohibidos en 1616. En cuanto a la evolución de las especies... lo pasaremos por alto que con el ruido creacionista se arriesga el empacho.

La correcta, que la Iglesia se ha enfrentado contra todas, ha ganado con una mayoría aplastante. La única que ha obtenido un número apreciable de votos es la de los jeroglíficos egipcios y es lógico, porque ¿qué narices les importa a los curas que se descifren o no? Requiere una pequeña explicación:

Cuando Champollion emprendió su tarea de descifrar la escritura egipcia tuvo que luchar contra muchas dificultades; la competencia de los ingleses, la falta de colaboración de la corona (su familia era republicana), la escasez de textos para el estudio y (¡tachán!) la oposición del Vaticano. Por aquél entonces predominaba la teoría de que los llamados jeroglíficos no eran una escritura que transcribiera el idioma egipcio, sino una especie de sistema simbólico de significado místico o religioso, pero no lingüístico; conclusión a la que había llegado el jesuíta Athanasius Kircher en el s. XVII. Pero no era por fidelidad a Athanasius por lo que el Vaticano presionaba al Rey de Francia para que no financiara los estudios y las expediciones de Champollion; era por que temían que tuviera éxito y que en Egipto descubriera pruebas de que esa civilización existió antes y después del Diluvio, sin discontinuidad, lo que dejaría claro que el texto bíblico se equivocaba (lo que evidencia, por otra parte, que en el Vaticano no se fiaban mucho de la Biblia, en caso contrario se hubieran quedado tan tranquilos). De hecho, cuando Champollion obtuvo finalmente la financiación, fue con la prohibición expresa de publicar todo dato referente a tiempos datados antes del supuesto Diluvio: afortunadamente, llevó paralelamente un cuaderno privado donde contaba todo lo que encontró.

Estimados parroquianos, he aquí una nueva pregunta:

¿Cuál de estas bibliotecas de la antiguedad, en las que se conservaba el saber clásico, no fue incendiada por orden de una autoridad cristiana?
La Imperial del Palatino, en Roma
La del Capitolio, en Roma
La del Serapeo, en Alejandría, la mayor del mundo antiguo tras la gran biblioteca de Alejandría
La gran biblioteca de Antioquía
La gran biblioteca de Alejandría
Todas las mencionadas, pero se hizo con el fin de conservar la pureza de la fe
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sábado, 3 de marzo de 2007

Dominus Dei VIII

bediente a mi cita dominical, heme aquí, estimados parroquianos, aun a riesgo de perder el avión.

El fin de tratar del asunto de la Inmaculada Concepción de María aquí era subrayar que la creación de dogmas no es cosa de épocas remotas, sino que la Iglesia ha continuado con ello hasta fechas recientes; la infalibilidad del papa se definió como tal en 1870 y el que nos ocupa en 1854. Como saben, la Inmaculada Concepción consiste en que la Virgen, al contrario de todas las demás personas humanas (ojo, «persona humana» es terminología teológica, para diferenciar de la persona divina) tuvo el privilegio de un alma creada sin pecado original. Algún descreído podría preguntarse que qué sentido tienen tal dogma, cuando es sabido que el concepto de pecado original procede de una traducción errónea de san Agustín de un texto de Pablo; sin embargo, tranquilícense estimados parroquianos, no cabe duda de que tal dogma es pertinente ya que, por si las dudas, la misma Virgen Santa en persona se apareció sólo cuatro años más tarde de ser definido el dogma para confirmarlo de primera mano: podemos remitirnos al testimonio de santa Bernardita.

Las respuestas han sido mayoritariamente acertadas en esta ocasión, incluso uno de los más fieles comentaristas de esta su página ha señalado que le parecía muy fácil; sin embargo, si bien hay lectores que conocían la respuesta y otros que investigaron, no hay que olvidar a los que se arriesgan, apuestan por la más verosímil o incluso a los que votan por la más tronchante. Esta variedad en la actitud de los participantes es la que da interés a esta sección; gracias a todos.

Pasemos a la pregunta de la semana:


¿Contra cuál de estos progresos científicos no se ha opuesto la Iglesia?
El descifrado de los jeroglíficos egipcios
El heliocentrismo
La esferidad de la Tierra
La evolución de las especies
La existencia de otros mundos a demás de la Tierra
Se enfrentó a todos los mencionados
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